Martes, 7 de Enero de 2025
07/01/2025 04:22:55
AL FONDO A LA DERECHA
Milei recibió a Urrutia y en la Rosada creen que consolida el vínculo con Donald Trump

El presidente argentino apunta a ser un socio clave de Washington en una región con preponderancia de gobiernos de centroizquierda. Los funcionarios clave en la futura diplomacia de Estados Unidos.

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Domingo, 5 de enero de 2025

Marc Stanley no hizo, ni hará, un cóctel para despedirse de la embajada norteamericana en Buenos Aires. Dentro de poco preparará las valijas y antes del 19 de enero dejará su cargo diplomático. Lo reemplazará la encargada de negocios, Abigail Dresser, que llevará las riendas de la delegación hasta que reciban a un nuevo embajador. Será el médico de origen cubano Peter Lamelas, vecino del Donald Trump, el magnate que dentro de dos semanas regresará a la Casa Blanca reelecto como presidente de los Estados Unidos. Cuando el republicano jure como 47° mandatario, Javier Milei estará presente en Washington, como uno de los invitados a la ceremonia que marcará un nuevo giro en la política estadounidense.

La salida de Stanley de Buenos Aires sucederá mientras el presidente Joe Biden transita los últimos días de su mandato. Tal como le pasó al entonces embajador Noah Mamet, durante la segunda presidencia de Barack Obama, su salida fue silenciosa después de la derrota de Hillary Clinton a manos del primer Trump. Era aquel amigo de Mauricio Macri que decidió potenciar la relación privilegiada que habían construido los demócratas con el líder del PRO cuando llegó a la presidencia del país.

En la Casa Rosada consideran que uno de los méritos de la estrategia de Milei sobre Estados Unidos fueron los siete viajes que realizó para acercarse a Trump, conocerlo y también construir una imagen positiva sobre el dispositivo de magnates que rodean al republicano, como Elon Musk. El presidente espera grandes gestos políticos y económicos del próximo inquilino de la Casa Blanca Este sábado volvió a anticiparle un gesto a Trump, especialmente a los próximos encargados de la política estadounidense para América Latina. Recibió en la Casa Rosada a Edmundo González Urrutia. Lo reconoció como «presidente electo de Venezuela», en un desafío abierto a Nicolás Maduro, presidente del país caribeño, que asumirá un nuevo mandato el próximo 10 de enero, pero después de las elecciones del 28 de julio de 2024, en la que se adjudicó la victoria pero no mostró los datos ni las actas para confirmarla.

Con la reunión en Balcarce 50, Milei se pone en un lugar expectante para la próxima política de Trump respecto de Venezuela y al mismo tiempo se despide de la administración demócrata con un gesto que los deja satisfechos. Stanley dejará Buenos Aires con un balance muy positivo sobre el vínculo con Milei. Comenzó enfocándose revertir el apoyo de Biden a la candidatura de Sergio Massa, como aspirante del peronismo, y buscó contener y canalizar la predisposición de un flamante presidente de ultraderecha que parece ofrecerles más de lo que le piden. El primer paso fue confirmar que Milei no era la expresión argentina del exmandatario brasileño Jair Mesías Bolsonaro. Sin embargo, no les pasó inadvertido que el nuevo gobierno argentino albergó a la mayoría de los acusados por la justicia brasileña de conspirar y desconocer la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva.

El tema pasó a un segundo plano con un Milei que se encargó de influir en el establishment republicano sin desairar a los demócratas. En febrero le deseó a Trump que sea el próximo presidente, cuando Biden todavía no había resignado su candidatura, pero al mismo tiempo pactó una relación bilateral privilegiada con Antony Blinken, secretario de Estado saliente. En ese vínculo sólo hay continuidades y en ese contexto se inserta la reunión con González Urrutia, según reconocieron a Tiempo en el Gobierno.

El próximo secretario de Estado será el senador republicano por La Florida, Marco Rubio. Excrítico de Trump y ahora aliado clave. Es de origen cubano americano y su designación confirma uno de los temores que asomaron durante la campaña: que la política exterior estadounidense esté dirigida por los representantes de esa comunidad intensa. Con epicentro en Miami, forman parte del electorado más duro del trumpismo y, a diferencia de la primera presidencia del magnate, ahora estarán al frente de los sillones del Departamento de Estado con incidencia directa en todo el continente, desde México, hasta Argentina. En el cono sur hay una mayoría de gobiernos de centro o centroizquierda. En ese escenario Milei asoma como un socio privilegiado de Trump y el único de la región que estará en Washington el próximo 20 de enero.

Debajo de Rubio, como próximo jefe del State Dept, estará Mauricio Claver-Carone. El extitular del BID, que conoce mucho la Argentina y es crítico de Milei, será «enviado especial del Departamento de Estado para América Latina», según informó Trump. Es del mismo origen que Rubio. Estuvo en el Consejo de Seguridad Nacional como director para el Hemisferio Occidental y se fue del BID por un escándalo. Lo acusaron de designar a su pareja en el organismo. Desde entonces tiene entre ceja y ceja al actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que por entonces era representante argentino en el BID, designado por Alberto Fernández. El cubanoamericano dice que el argentino no lo ayudó.

Es posible que esos resquemores queden en el pasado. Trump ya definió la línea para su Cancillería y en Buenos Aires la reforzará con un interlocutor directo, que podrá echar mano a su teléfono en caso de ser necesario. Lamelas es vecino de la residencia de Mar -a- Lago que Trump tiene en Palm Beach, La Florida. Trump presentó a Milei con Lamelas en la cena que organizó en su mansión para celebrar su reelección. Hubo foto, brindis, champán y anticipo de la designación. Después vino el anuncio oficial. «Embajador de los Estados Unidos en Argentina. Peter es un médico, filántropo y un hombre de negocios increíble, mejor conocido por fundar la compañía de atención médica de urgencias más grande de Florida. Cuando era niño, Peter y su familia huyeron de la Cuba comunista y emigraron legalmente a los EE UU, comenzando desde cero y logrando el sueño americano”, escribió Trump.

A Lamelas todavía le falta el acuerdo del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, pero la ola roja republicana en las urnas le ofrendó mayoría en las dos cámaras del Congreso. Este viernes Trump consiguió que el republicano Mike Johnson quede como titular de la Cámara de Representantes y llamó a cada uno de los díscolos que no querían votarlo. Con ese gesto selló una designación respaldada por todo el partido que se enfocará en revertir las políticas de la administración Biden – Kamala Harris y respaldarlo en el ajuste que aplicará.

La ventaja en el Senado podría acelerar la designación de Lamelas como próximo huésped del Palacio Bosch para quedar al frente como embajador político, debajo de una estructura que ya funciona a toda máquina por el vínculo que teje Milei con Washington.

Con la salida de Diana Mondino de la Cancillería, Milei designó como sucesor a Gerardo Werthein, que hasta entonces estaba al frente de la embajada en la capital norteamericana. Milei dijo que nombrará al empresario Alec Oxenford, pero su pliego todavía no fue enviado al Senado y tampoco se hizo cargo en comisión de la representación, que actualmente está conducida por personal de carrera.

Werthein fue el precursos del lobby que Milei hizo sobre el dispositivo republicano. Milei comenzó el año con un gesto que reúne consenso en Washington y se metió directo en la coyuntura venezolana. La situación escala desde hace meses. Primero fue por la expulsión del personal diplomático argentino que ordenó la administración de Maduro. Ahora el escenario escaló desde la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo, acusado de espionaje por Caracas. La respuesta quedó en manos de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Exigió la devolución inmediata y negó todos los cargos. Tanto ella como la familia del gendarme sostienen que había ido de vacaciones. La Argentina denunció el caso ante el Tribunal Penal Internacional de la Haya, pero al mismo tiempo trabó un acercamiento humanitario, promovido por el exembajador Oscar Laborde, que estuvo en ese cargo durante el gobierno de Alberto Fernández. El gobierno lo denunció «por traición a la patria».

En el Gobierno creen que podría aparecer una oferta de canje por parte de Caracas. Al mismo tiempo celebran la reunión con González Urrutia y pronostican un endurecimiento con Maduro, en vísperas del 10 de enero. Esa fecha llegará cuando falten menos de dos semanas para el regreso de Trump al salón Oval. En la Casa Rosada se ilusionan con una visita del magnate republicano al país durante este año, como parte de la nueva etapa que Milei quiere observar en primera persona, desde su comienzo, el tercer lunes de enero. «


Domingo, 5 de enero de 2025

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