Elecciones 2017
¿Existe polarización entre Chelo y Tincho?
A dos días de las elecciones, el oficialismo comunal apela al voto por la continuidad del mismo equipo en la gestión, el apoyo Nación-Provincia y el poderío de su maquinaria electoral. Mientras que la Alianza Libres Podemos Más que lleva como candidato al Justicialista Martín Ascua, quien aparece como el más beneficiado de los espacios opositores, en capitalizar el “voto útil” para disputar el Sillón de Di Tomaso. Ambos frentes se disputan palmo a palmo el voto de los independientes que pueden inclinar la balanza.
Viernes, 6 de octubre de 2017
La pregunta más habitual en estos días que se formula en la calle es que dicen las encuestas. La respuesta es que dicen de todo y para todos los gustos, cada frente o candidato tiene su propio sondeo de opinión, pero claro está, existe la sospecha que el que manda hacer las encuestas siempre es el favorecido.
Pero también, al margen de las herramientas técnicas que otorgan las campañas modernas, existe una percepción o termómetro de la realidad (subjetiva), y una historia del comportamiento electoral del ciudadano Libreño que siempre fue variando de acuerdo a las demandas de cada etapa social y política.
Un pequeño repaso de los últimos 25 años
Los años 90 en Paso de los Libres fueron de hegemonía política del peronismo a partir de la llegada de Fernando Lahoz a la Intendencia Municipal en 1991. Los denominados sectores medios, urbanos, independientes acompañaron durante toda la década a la gestión Justicialista, alcanzando los 12.000 votos (cifra histórica) en 1993. Luego acompañaron a Martillo Sanabria en dos oportunidades, ratificando el rumbo Peronista en el gobierno. Pero el desgaste de diez años, sumado a la fractura del Justicialismo y la irrupción de un “fenómeno político” como “Rulo” Verón (PANU), hizo emigrar el voto independiente hacia el Ex-Juez de Instrucción que se consagró intendente en las elecciones del 14 de Octubre del 2001 (con 4.600 votos).Verón llegó asociado a una imagen de seguridad que demandaba la sociedad, desplazando al peronismo que ni con una aceitada estructura electoral pudo retener la comuna.
Pasaron cuatro años (2005), la crisis económica había socavado los cimientos de la gestión de Verón, quien buscó su reelección y perdió a manos de Eduardo Vischi (UCR). El “Aire Fresco”, la renovación política y juventud, eran los valores que se reclamaban desde la sociedad. Una nueva alianza nacía en nuestra ciudad. “Peteco” llegaba con el Frente de Todos, una herramienta electoral que cobijó varios sectores políticos, con anclaje en el radicalismo. La base social del peronismo por primera vez había sido perforada, nada más y nada menos que con un candidato Radical.
Los sectores medios, urbanos, independientes fueron el sustento político del “petequismo” a lo largo de diez años, y su principal reducto. La salida de Brunell de la Secretaria de Gobierno, y el arribo de Sincoves en el 2007 en esa área estratégica ayudó a dinamizar el trabajo político de territorio y construir una maquinaria electoral sofisticada que lo ayudó fundamentalmente en las elecciones ejecutivas mantener el poder (2009 Reelección Vischi 73% y 2013 Tarabini 53%). El radicalismo gobernante comenzaba a ampliar su abanico y consolidarse en otros segmentos sociales (lo más humildes), que le eran esquivos en las urnas históricamente.
Llegamos al 2017
El domingo se vota nuevamente, existe un clima generalizado de polarización entre el candidato de ECO, “Chelo” Sincoves y de Libres Podemos Más, “Tincho” Ascua.
El candidato Justicialista experimentó un notable crecimiento en las últimas semanas, principalmente en estratos sociales medios, urbano e independientes, capas estas con un predominio de la figura de Vischi, y poco permeable en los últimos tiempos a la propuesta peronista local.
Varias podrían ser varias las razones que explican el ascenso de Ascua en detrimento de los dos otros frentes opositores (FACIL y el PRO).
Es el único candidato que viene en campaña hace 8 meses.
El acto en Club Guaraní fue el primer hecho político que lo reinstaló públicamente, luego de las tempestades que afrontó en la interna pejotista.
Su imagen de renovación política y discurso esperanzador prendió en ciertos sectores.
En el plano interno, logró que el afiliado peronista se identifique con él, cuestión no menor teniendo en cuenta la dispersión que se produjera en el Partido Perón en elecciones anteriores. Aglutinó a los coroneles retirados y en actividad del peronismo, les devolvió como en muchos años no ocurría el sueño de volver a ganar el municipio. Dicen los entendidos que “los peronistas cuando se unen es por qué olfatean poder”.
La caravana de cierre del pasado día martes le dio la visibilidad que necesitaba en los últimos días para reposicionarse en el centro del ring como el principal contendiente opositor.
Su buena performance el próximo domingo dependerá de cómo capitalice el “voto útil”, es decir que una porción importante del electorado lo visualice como el candidato que más chances tiene de pelearle al oficialismo.
Pero no todo es color de rosas en el camino hacia al 8 de octubre.
En el oficialismo reina la confianza, pero a la vez la cautela, saben que los votos se cuentan hasta el último.
En la primera línea de dirigentes de ECO están seguros del triunfo, aunque reconocen que Martin Ascua “creció” en el centro de la ciudad.
Apuestan en los últimos días a dividir el voto céntrico para evitar que se disparen hacia “Tincho”, para ello se intensificaron en las últimas noches diversas cenas-encuentro con empresarios y comerciantes del medio.
Tienen el convencimiento que en el segundo y tercer cordón de la ciudad se encuentra su fortaleza electoral, y que descontaran los votos fugados del centro.
En los cuarteles radicales respiraron tranquilos en el comienzo de semana, al enterarse que había fracasado el operativo para bajar a Hantouche (FACIL) de la carrera y que apoye a Ascua. Beto habría dicho “si quieren que me baje, que me llame Camau, de lo contrario no lo haré”.
La impactante caravana de cierre del día miércoles, generó clima ganador, les dio a los dirigentes y militantes de ECO el empujón motivacional suficiente para afrontar el último tramo de la campaña.
Cada elección es distinta, los dos principales frentes aglutinados en torno al peronismo y radicalismo saben que no es una elección más, sino que se “dirime el poder”. Habrá que ver en esta ocasión cual será la demanda mayoritaria de la sociedad, las capas medias de la ciudad siempre fueron fluctuantes.
¿Podrá “Tincho” lograr la estampida de votos que lo favorezca y que lo acerque a ECO como esperan? ¿Cuántos votos se dividirán con Beto Hantouche que en la cuenta final beneficiarían a ECO? ¿El PRO logrará producir sangría de votos en el oficialismo a su favor como pretende? ¿Vischi ratificará con sus candidatos la supremacía electoral, y liderazgo que lleva 12 años? ¿El aparato electoral de ECO que se muestra poderoso hará la diferencia? ¿Podrán ganar en el segundo y tercer Cordón de la ciudad con comodidad como es su aspiración y mantener la fidelidad de sus votantes?
Dicen que el voto tiene un componente emocional de un 90 %, que la gente vota de acuerdo a lo que despierta el candidato. ¿Quién será en esta elección que genera esa expectativa mayoritaria?
Para tener las respuestas deberemos esperar el próximo domingo.
La elección del 8 será la madre de las batallas, quien capte la voluntad de los independientes e indecisos definirá la “continuidad o cambio” en la ciudad.
Por Ignacio Villanueva
Viernes, 6 de octubre de 2017