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Judiciales
Condenan a Ramón “Moncho” a Martínez a la pena de 20 años de prisión

Es por el delito de “Abuso sexual calificado por el acceso carnal triplemente agravado por el vínculo, por la situación de convivencia preexistente y por haber producido un grave daño en la salud mental, promoción a la corrupción de menor de trece años, y abuso sexual gravemente ultrajante”. El chacal (61 años) abusó de su hijastra, desde los 8 hasta los 17 años, bajo amenaza que iba matar toda su familia. Producto de las reiteradas violaciones, nació un hijo. La joven murió después en un accidente automovilístico, pero su testimonio minucioso en Instrucción y las pruebas recolectadas, fueron contundentes para aplicar la condena. La Fiscal pidió 30 años. Finalmente el TOP lo condenó a 20 años.

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Jueves, 19 de diciembre de 2019

El Tribunal Oral y Penal de Paso de los Libres, conformado por los doctores Marcelo Fleitas, Marcelo Pardo y Gustavo Ifran, la semana pasada, condenó a la pena de 20 años a Ramón “Moncho” Martínez, al encontrarlo penalmente responsable del delito de “Abuso sexual calificado por el acceso carnal triplemente agravado por el vínculo, por la situación de convivencia preexistente, y por haber producido un grave daño en la salud mental, en la modalidad de delito continuado, promoción a la corrupción de menor de trece años, en concurso ideal y abuso sexual gravemente ultrajante”.

La víctima fue su hijastra, a la que abusó y luego violó desde los 8 años hasta los 17.

La joven, cuyo nombre preservaremos, brindó un testimonio desgarrador, relatando los vejámenes a los que fue sometida durante casi una década.

Lamentablemente solo pudo testificar en sede de Instrucción, ya que el año pasado perdió la vida, junto a su bebe, en una tragedia vial ocurrida en la provincia de Formosa. El accidente fatal fue antes de llevarse a cabo el juicio oral, en el que es condenado el victimario a la pena de 20 años. No obstante fue tan contundente y minucioso su testimonio en Instrucción, que lo tuvo en cuenta el Tribunal, durante el juicio.

Ramón Martínez, de oficio mecánico, también era conocido en nuestra ciudad por sus actividades como Vice-Presidente de AES Tradición, pero al conocerse las denuncias en su contra, la institución decidió automáticamente separarlo.

Los hechos comenzaron en la vecina localidad de Yapeyú, donde la menor vivía con su madre, quien poco antes se había separado de su padre.

La joven denunciante dijo que el depravado comenzó acercarse a su madre, cuando tenía aproximadamente 8 años, en el 2002, “él iba a mi casa, me pedía que me sentara en su regazo, cuando estábamos solos, él llegaba de sorpresa porque mi mamá no estaba, y me decía: VOS TENÉS QUE HACER TODO LO QUE DIGA, PORQUE AHORA ESTOY CON TU MAMÁ. A VOS NO TE VA GUSTAR VERLA MAL A TU MAMÁ”. Y agregaba “que la familia de mi mamá y mi papá, no me quería, y que yo no tenía que contar a nadie que me hacía sentar en su regazo”.

Martínez se mostraba distinto siempre ante la presencia de la madre de la víctima, era otra persona.

En una oportunidad, aprovechándose de la inocencia de la niña, la joven relata “yo era chica, no entendía mucho, no sabía si eso era normal o no”, cuenta “un día en navidad del año 2002 o 2003, él llega a mi casa con velas rojas torneadas, había preparado todo para esperarle a mamá. Me vuelve a pedir que me siente en su regazo, y me empezó a tocar los pechos por debajo de la ropa. Yo no usaba corpiño porque era muy chica. También me metió la mano por adentro de mi pantalón, tocándome la vagina”.

La victima precisó “en mi casa había una especie de depósito de herramientas, donde yo me ponía a jugar con mis muñecas. Un día en el 2002 0 2003, yo escuché que entraron, y se ve que él se dio cuenta que yo estaba ahí jugando, y entró al depósito, y cuando entra lo primero que me dice BAJATE EL PANTALON, volviéndome a tocar la vagina”.

Añadió, “siempre me decía que no cuente nada, y le iba sumando algo. Por ejemplo me decía que la iba matar a mi mamá y que me iba a quedar sola porque nadie me quería. Un día escucho a mamá llorar, que estaba hablando con alguien en su pieza. Al detenerme a escuchar la conversación, oigo que mamá estaba diciendo que Ramón la trataba mal, y que un día la iba a matar. Al haber escuchado eso me atemoricé más, porque es como que todas las amenazas que él me hacía a mí, cobraban fuerza”.

Pasó el tiempo, en el 2004, la madre de la niña (ya 11 años), y pareja de Ramón Martínez queda embarazada y decide venir a vivir con él a Paso de los Libres, trayéndose a la menor con ellos.

La victima relata, “en el 2005, mi hermano ya tenía un año de edad, y mamá seguía trabajando en Yapeyú, porque aún no salía su traslado a Paso de los Libres. Yo me quedaba con mi hermanito y con Ramón. A partir de ese momento vino lo más feo. Él a mi hermanito siempre lo maltrató, le gritaba y zamarreaba, siempre lo sacudía. Irrumpiendo en llanto cuenta que Ramón Martínez la penetra por primera vez y brinda detalles escalofriantes “el me lleva a la parte donde estaba la cama de ellos, tira una sábana a los pies de la cama, me saca toda la ropa, me desnuda, me hace poner en cuatro arriba de la sábana y me penetra por el ano. Yo le decía que me dolía, y él me decía que eso no era dolor, sino que era placer”.

El chacal no solo la tenía a la joven bajo amenaza de que iba matar a su madre, si se negaba a mantener relaciones sexuales con él, sino también las golpeaba. Narra la víctima “una vez yo me negué a que él me penetrara, y cuando vino mi mamá a casa le pegó con el puño cerrado.

Cuando escucho que él le estaba gritando a mi mamá, me pongo adelante para que no le pegue y le grito VOS NO LE VAS A PEGAR A MI MAMÁ, y él me dice SÍ LE VOY PEGAR Y A VOS TAMBIEN, y ahí él agarró una cadena gruesa y me pegó por las piernas. Esa vez mi mamá hizo la denuncia de esas agresiones, acá en la Comisaría 1ª, pero él se adelantó y fue en bicicleta a hacer la denuncia de que mi mamá se había golpeado”.

La victima cuenta que a los 12 años era obligada por Ramón Martínez a ver películas pornográficas, y que éste le decía que tenía que hacer todo lo que hacían en las películas.

El suplicio de la pre-adolescente aún no llegaba a su fin. A los 13 años en el 2008 quedó embarazada del depravado.

La víctima relata “yo quedé embarazada a los 13 años, cumplo 14 y nace mi bebe. Se me vino el mundo abajo. Mi mamá en su momento me preguntó quién era el papá de mi bebé, y yo no le contestaba nada, sentía miedo. Yo sé que mi hijo no tenía la culpa, pero lo llegué a rechazar, no lo quería al nene”, agrega que Martínez siguió abusándola durante su embarazo y “cuando me negaba hacerlo, me sacaba a dormir afuera, como un castigo, lo mismo que cuando tuve el bebe y no dejaba abusarme, él nos echaba a los dos a dormir afuera, sin importarle que era recién nacido”. Denuncia que hasta una vez llegó a darle una trompada en la panza con el puño cerrado.

Luego refiere a uno de sus hermanos menores, “mi hermanito veía como nos maltrataba a mí y a mi mamá. Se tapaba los ojos se escondía detrás de la puerta. Ramón le pegaba mucho a él también y le gritaba ¿POR QUÉ NO HABLÁS BIEN TARTAMUDO?”.

Uno de los episodios más terribles vividos por la joven, lo detalla así: “A fines del 2009 vuelvo a quedar embarazada, yo no me había dado cuenta, tenía entre 14 o 15 años, pero él sí se dio cuenta. Fue así que consiguió cuatro pastillas sueltas y me hizo poner una inyección, bajo amenazas de que iba lastimar a mamá, a mí y agregaba a mis hermanitos (2) y mi hijo. Después a la noche empiezo a sentir dolores muy fuertes y me voy al baño, siento que algo se desprende de mi (irrumpe en llanto desconsolado) y veo que era un bebe, tenía manitos y deditos formados. Entonces empecé a llorar y me alteré, y él entró al baño y me dijo NOS ESTAMOS EVITANDO UN PROBLEMA MAYOR, yo no entendía nada, estaba en shock”.

Hace hincapié en los reiterados insultos y hechos de violencia, a los que era sometida su familia, al expresar “un día sacó de su ropero sus ropas y también ropas de mamá y dijo que las iba prender fuego, maltratando a mamá y diciéndole gorda, desagradable y que roncaba. A mí siempre era como que me recluía, ya que no le gustaba que saliera de casa. Si tenía amistades varones enloquecía, me decía que era una puta. Vivíamos con miedo”, vuelve a quebrarse en llanto y continua “Ramón me decía que si yo denunciaba iba matar a mi hijo, porque es la única prueba que tengo contra él. Él es consciente que el nene es hijo de él”.

En abril del 2012, cuando la adolescente cumplió 18 años, cansada de los tormentos y suplicios a los que era sometida, decidió irse de su casa. Al tiempo conoce a un joven en Buenos Aires, con el que se pone de novio y luego decide contraer matrimonio, producto de esa relación, nacieron dos hijos.

Las secuelas de los abusos desde muy niña, impregnaron la vida matrimonial de la joven, narra en sede de Instrucción “me costó mucho estar con otro hombre. Tengo pesadillas constantes, y cuando tengo relaciones con mi esposo, a veces suelo ver la cara de él (por Ramón), y reacciono violentamente, y mi pareja me dice NO, SOY YO, MIRAME, MIRAME. Lloro mucho. Cuando se aproximan las fiestas, como por ejemplo Navidad, que fue la fecha que empezó a toquetearme, me pongo muy mal. Me tiro en la cama, no quiero comer, no quiero hablar con nadie y siento mucho miedo”.

Desgraciadamente su testimonio no pudo ser escuchado por el Tribunal Oral y Penal, porque la joven perdió la vida en un siniestro vial, junto a su bebe, en noviembre del año pasado.

De igual modo su declaración en Instrucción fue precisa y sirvió como elemento de prueba para condenar al depravado.

El informe psicológico practicado a Ramón Martínez, refiere una personalidad “perversa”.

La prueba de ADN fue concluyente al determinar la paternidad del imputado respecto del hijo de la joven abusada sexualmente.

Martínez purgará 20 años en prisión, aunque la Fiscal de Cámara, Dra. Noelia Lena pidió 30.

La joven víctima, fue quien formulara valientemente la denuncia contra su padrastro, no logró ver concretado su anhelo de justicia. La fatalidad se cobró su vida, pero su dolor por tanto calvario sufrido, sigue vivo en muchas mujeres que en la actualidad alzan su voz denunciando este tipo de atrocidades.

Por Ignacio Villanueva

Foto: Ramón Martinez


Jueves, 19 de diciembre de 2019

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