Sábado, 23 de Noviembre de 2024
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Una jugada de alto riesgo, de cara a un futuro politico incierto
El silencio de Camau Espínola

El virtual alineamiento del ex candidato a gobernador con Cambiemos, insinuado en declaraciones radiales, pareciera comenzar a tomar forma con las posiciones asumidas en el Senado, a contramano de las directivas partidarias.

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Martes, 20 de noviembre de 2018

No votar en contra la ley de Presupuesto, primero y firmar e impulsar la firma del despacho de comisión de un pliego que, por disposición del partido, debía ser rechazado, lo ha puesto algo más allá del límite. La posibilidad de compartir una oferta electoral en la Provincia con ECO no fue descartada por el propio Camau que, paradójicamente, no logró expresión de apoyo de ningún legislador, ni de ningún intendente respecto a su distanciamiento del justicialismo.
Camau jugó la propia, está claro. Y lo hizo aun a sabiendas de que había cruzado el Rubicón. Su mirada está puesta en un armado superador, dentro de la geografía política provincial. El tiempo dirá si fue un acierto o terminó siendo un salto al vacío. En el PJ, la decisión ni sorprendió, ni hace prever un quiebre. La dirigencia, pero fundamentalmente la base peronista, está conteste en marcar límites, tanto con el gobierno de Macri como, en la Provincia, con el eje Colombi-Valdés. No hubo, ni seguramente habrá, expresiones de apoyo o acompañamiento a una decisión tomada en soledad, admitieron dirigentes ligados al ex candidato a gobernador.

Quizás el error fue creer que los votos de la última elección le pertenecieron sin considerar que una cosa es ser candidato del PJ, con posibilidades de generar una expectativa como polo de poder que trasciende a lo electoral, y otra es correr sin la representación del partido, y esto más allá que, en los hechos, pudo existir un plus en votos cosechados que no hacen al núcleo duro del peronismo. Pero en política son tan importantes los votos que se tienen como los que faltan, y quizás más estos últimos: los cinco para el peso que se definen en la recta final, en los aciertos y errores de la definición electoral.
Camau nunca mostró pertenencia partidaria, apego a las formas, y compromiso con la responsabilidad de ser parte de una estructura que, aún en sus diferencias, tiene reglas de funcionamiento propias de toda organización política. Quizás aquí esté el punto y la base del accionar de aquellos que no entienden que la política se hace con políticos que respetan la existencia de segmentos electorales, andariveles marcados por la realidad, y que responden a las expectativas de quienes los votan.
La llamada "nueva política" muestra a cada paso sus contradicciones. Los librepensadores sin compromiso partidario suelen enredarse en realidades que no son tales. Hubo casos, en la historia reciente, que muestran cómo en poco tiempo se dilapidaron capitales políticos que parecían llamados a durar en el tiempo. Ocurrió en la Provincia con Alberto Di Filippo, estrella fugaz del firmamento peronista. Ocurrió en la escena nacional con Francisco De Narváez, que logró en 2009 un histórico triunfo contra Néstor Kirchner en el principal distrito electoral de país. Ocurrió con Sergio Massa en el 2013, cuando su victoria fue un balde de agua fría al cristinismo. Ambos se creyeron dueños de los votos sin entender que ganaron porque estuvieron en el andarivel que les permitió cosechar una porción del electorado ávida de un cambio.
En el caso de De Narváez, luego del triunfo en Buenos Aires, en lugar de dar continuidad a una política de crecimiento en la Provincia con vistas a la disputa por la Gobernación, para la cual estaba legalmente habilitado, prefirió embarcarse en un proyecto sin Norte, como fue la candidatura presidencial que la Constitución le impedía por su nacionalidad. No respondió a las expectativas de los bonaerenses. Dejó de ser una expectativa y terminó rifando su capital político al creer que podría llevar los votos peronistas acoplándose a la candidatura de Ricardo Alfonsín. Los resultados enterraron sus aspiraciones y sepultaron su vida política. Ahí entendió algo que es el ABC de la política: los votos no son de los dirigentes. Vale aquello de que es fácil en alguna circunstancia el ganar que el mantenerse y proyectarse. A la postre, salirse de la huella, abandonar el segmento electoral termina convirtiéndolos en mascaritas sueltas sin destino.
En el caso de Sergio Massa pudo darse lo mismo. El 46 por ciento de los votos con los que ganó en el 2013 se redujeron a la cuarta parte en la última elección en la que logro el 11,5 por ciento. Hoy, en las encuestas, asoma como el mejor posicionado de una tercera opción pero también con dificultad para pasar los dos dígitos.
Massa no supo interpretar el mensaje de la gente que pertenece al distrito que lo proyectó. Pudo ser el gobernador de Buenos Aires, cómodo, en el 2015 si hubiera puesto toda la fuerza en el mismo punto. Prefirió ir por más y perdió. No solo perdió sino que quedó relegado a un tercer puesto, lejos de quienes llegaron al ballotage. La mentada avenida del medio no existió. Errores de cálculo que parten de no entender el comportamiento y las expectativas del electorado.
Camau, sin respuestas sobre el Presupuesto, y enredado por firmar un despacho de comisión.
El no haber cumplido con la orden del partido respecto al Presupuesto, y el haber firmado e impulsado que otros senadores del PJ completen las firmas para dar despacho al pliego del candidato a juez federal fueron dos actos algo más que de rebeldía para con sus compañeros. La interpretación del alcance de los mismos está dada por algunos movimientos anteriores que habían encendido una luz de alarma. Por un lado la ausencia a las sucesivas reuniones del PJ. Por otra su creciente cercanía con el Gobierno provincial y nacional, y declaraciones que dejaron más interrogantes que certezas en tiempos en que la ambigüedad se parece a la mentira.

EL FUTURO:
UN FINAL ABIERTO

Con todo parece lógico respetar la decisión de Camau. El tiempo dirá. Son decisiones políticas que, como tales, pueden ser acertadas o no, gusten o no gusten a algunos. La cuestión pasa por discernir si en política vale aquello de llegar de cualquier forma. La importancia o no al respeto al partido que lo sostuvo o proyecto. Son cuestiones controversiales que dividen las opiniones así como si las bancas pertenecen a las personas o a los partidos.
¿Camau candidato a Intendente de Eco? ¿Camau candidato a compartir la fórmula con un radical en el 2021? Son variantes que se plantean más allá de que en el justicialismo no prenden. De ahí la falta de apoyos, una señal que no parece menor.

Fuente: El Libertador


Martes, 20 de noviembre de 2018

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