Judiciales
Crimen del Colectivero: ¿Qué provocó la muerte de Ulises Bravo? Informe completo.
Declararon el medico perito de la Policía Dr. Vizcaíno y el forense Dr. Vargas, ambos coincidieron en que se usaron dos armas para el brutal ataque. Por otra parte se desistió de la inspección ocular
Jueves, 30 de agosto de 2018
Quinta audiencia en la sala de debate del Tribunal Oral y Penal de Paso de los Libres, en la causa que se trata de establecer las responsabilidades Joaquín Leal y Gastón Ledesma por el asesinato de Ulises Bravo, hecho ocurrido el 10 de Junio del 2016.
Declararon dos testigos, se trata del médico perito de la policía provincial, Dr. Carlos Vizcaíno y el forense del poder judicial Dr. Enrique Vargas.
El primero en prestar testimonio fue el Dr. Vizcaíno. Se le fueron exhibiendo las fotos de la autopsia y el facultativo las fue describiendo.
Afirmó que la herida que más lesionó a Bravo fue en la espalda, en la zona de la escápula derecha (omóplato).
A su entender aseveró que habrían existido dos armas blancas, aunque los puntazos en la parte delantera no fueron los mortales.
Explicó con detenimiento las diferencias entre las heridas provocadas por la acción médica y las provocadas por el ataque.
Ante la pregunta sobre que provocó puntualmente la muerte del colectivero, respondió “se trató de un choque hipovolémico, es decir la rápida circulación y pérdida de sangre provocó presión baja que desembocó en un paro cardiorrespiratorio”.
Cabe recordar que el colectivero recibió 11 puñaladas.
El Dr. Sotelo, defensor de Bonpland Ledesma preguntó al Dr. Vizcaíno ¿si una atención médica adecuada pudo salvar a la víctima?, este contestó: “es muy difícil determinar de manera fehaciente, en ese momento (2016) no contábamos con una sala de terapia intensiva como ahora. A veces llegan pacientes con menos heridas y se salvan”.
El Dr. Marcelo Pardo, miembro del Tribunal le preguntó lisa y llanamente si “¿las lesiones que se le provocó pudieron ser causales de muerte?, la afirmación del facultativo fue categórica “sí”.
A su término declaró el Dr. Enrique Vargas, el forense dejó en claro que no realizó directamente la autopsia pero tuvo acceso al informe y las fotos.
Al exhibírsele las fotos, hizo una ejemplar exposición de los detalles de las heridas.
Precisó que “una de las heridas recibidas por la espalda fue penetrante”, prosiguió diciendo que “el arma blanca letal es de hoja grande, no menos de 3 centímetros”, luego reforzó este argumento descartando de manera tajante “que un arma blanca pequeña pueda provocar la muerte”.
Para el forense “por el tipo de heridas recibidas hubo forcejeo”.
Siguiendo con su testimonio frente el Tribunal Oral y Penal presidido por el Dr. Marcelo Fleitas, Vargas afirmó en forma contundente “estoy absolutamente convencido que se usó otra arma”.
Cuando el Tribunal le mostró el cuchillo (tipo naranjero) que utilizó Joaquín Leal para cometer el ataque, el médico aseguró “que esa arma no es compatible con las que provocaron la muerte”.
Luego coincidió con Vizcaíno en que las heridas recibidas fueron en la vena cava torácica y no en la zona abdominal.
El Dr. Sotelo volvió con la misma pregunta que le formuló a Vizcaíno, “¿si con una adecuada atención médica se pudo haber salvado Bravo?, Vargas expresó al respecto: “no puedo asegurar porque no es mi terreno, pero si se hubieran adoptado otras conductas, se hubieran dado otras chances”.
En ese sentido consideró que “si el paciente tuvo una cantidad enorme de pérdida de sangre y no se compensaba, había que buscar donde se produjo la hemorragia, esto quiere decir que no se hizo lo suficiente”.
Para finalizar el Dr. Pardo reiteró la pregunta que también le realizó a Vizcaíno, “¿las heridas constatadas son aptas para provocar la muerte de Bravo?”, la contestación del forense fue sin vacilaciones “si, principalmente las de la vena cava”.
La próxima audiencia será el miércoles 5 de septiembre, a las 11 hs, allí se efectuaran los alegatos.
Mientras que la inspección ocular, fue desistida como prueba en un acuerdo entre las partes.
Jueves, 30 de agosto de 2018