El financista Clarens buscó declarar como arrepentido, pero el juzgado aún no homologó el acuerdo
En la búsqueda de los dólares que no aparecen
El financista es titular de la financiera Invernes y está implicado en una causa de Lázaro Báez. Ayer contó cómo era el mecanismo por el que cambiaba pesos por dólares a ex funcionarios y se mostró dispuesto a aportar más información.
Sábado, 18 de agosto de 2018
Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
Uno de los grandes problemas que tiene la causa de los cuadernos Gloria, es la falta de rastros del dinero que se supone que las concesionarias de obra pública pagaban como coima, retorno o lo que llaman “aportes voluntarios” para la política. ¿Dónde está la plata? Es una pregunta elemental que no responde, al menos todavía, la investigación. Tal vez eso explique en cierta medida por qué apareció ayer, como candidato a engrosar el club de los arrepentidos, el financista Ernesto Clarens, de la financiera Invernes SA, al que se vinculó con Néstor Kirchner, es conocido y contactado por buena parte del mundo empresario, y además fue implicado en la causa por lavado de dinero contra Lázaro Báez. Era cantado que el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli tendrían que enfocar hacia una posible ruta del dinero. Clarens se presentó a la indagatoria y ofreció un primer relato en el que admite que cambiaba pesos por dólares en una especie de papel de intermediario entre los empresarios y Kirchner, o su secretario Daniel Muñoz, ambos fallecidos. Se mostró dispuesto a aportar más información como arrepentido, pero el juzgado no tomó aún la decisión de homologar el acuerdo. Como ocurrió con otros imputados, quizá le exijan más datos para garantizarle la libertad.
Solo la ausencia de datos sobre el dinero puede explicar un decreto del Poder Ejecutivo como el que ofrece una recompensa para quienes lo hayan visto en alguna parte (un cinco por ciento de lo que se encuentre, con techo de dos millones). El Gobierno celebra los más de 500 llamados el primer día de personas ansiosas por cobrar, pero todo deberá ser cotejado. En este contexto es citado Clarens, como imputado, después de haber sido señalado en al menos dos declaraciones de los últimos días, entre el desfile de arrepentidos del mundo empresario, como un financista requerido por los grandes contratistas y muy cercano a Néstor Kirchner. Se le atribuye, en concreto, cambiar bolsos de dinero de coimas en pesos a dólares, todo supuestamente destinado a funcionarios. Bonadio lo imputó -igual que a todos– como supuesto integrante de una asociación ilícita que implementaba “un sistema de recaudación de fondos para recibir dinero ilegal” destinado “al enriquecimiento” de ex integrantes del gobierno anterior y a “la utilización de esos fondos para cometer otros delitos”.
En principio, Clarens habría respaldado un relato según el cual empresarios llevaban el dinero –en cifras millonarias– producto de sobornos a su financiera. Se los daba en pesos y él los cambiaba a dólares. Para entregarlos a colaboradores de Kirchner, como Muñoz. Se le atribuye, de este modo, un papel de intermediario, que ganaba una comisión por la gestión. Una versión desliza que contaba con la ingeniería necesaria para sacar plata hacia cuentas en otros países o sociedades offshore.
Por maniobras de este tenor está siendo investigado, imputado, por el juez Sebastián Casanello en la causa que comenzó con las maniobras de lavado de dinero de Lázaro Báez. Si bien éste ya está elevado a juicio oral, queda una parte de la investigación en primera instancia. En esa causa, Leonardo Fariña –que allí también fue imputado colaborador– describió en su declaración de “arrepentimiento” mecanismos para fugar dinero al exterior. Mencionó a varios cambistas, y a Clarens le dio un papel protagónico. Se hicieron allanamientos en la causas, entre ellos varios domicilios vinculados a él, pero no se hallaron elementos de prueba suficiente. Este año la UIF, el órgano a través del cual gobierno de Macri logra intervenir en causas judiciales de la administración anterior, presentó informes que vinculan a Clarens con supuestas fugas de dinero a España, que estarían ligadas a Báez. Con ese país está en marcha un proceso de colaboración. En otra causa, a cargo del mismo juez y del fiscal Stornelli, la UIF presentó reportes de operaciones sospechosas vinculados al mismo financista. Otros datos lo vincularían a una cuenta suiza a su vez ligada con fondos de The Old Fund, empresa que con la que se levantó la quiebra de Ciccone, y también con un entramado de sociedades en los Panamá Papers.
Todavía el juez Bonadio no homologó el acuerdo de arrepentido que hizo Clarens con el fiscal Stornelli. Quizá le pidan más datos y precisiones. Es una declaración que abre una puerta que podría ser novedosa. Y que ayer estuvo rodeada de rumores sobre allanamientos en entidades bancarias. Se suele comparar este caso de los cuadernos con las investigaciones brasileñas como el Lava Jato, pero la gran diferencia es que allí se identificaron cuentas, movimientos precisos de dinero, hay intentos de soborno filmados como el del propio presidente Michel Temer al grupo de frigoríficos JBS. En el departamento del ex ministro de Temer, Geddel Vieira Lima, encontraron casi 14 millones de dólares, al ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, le encontraron 5 millones de dólares, parte en una cuenta en Suiza, entre otros tantos ejemplos.
Fuente: Pagina 12Sábado, 18 de agosto de 2018