El enfado de Valdes. La JP, el Ejército de Reserva a la espera. Tincho y el difícil juego de tratar de conformar a todos. La disputa por la banca de Diputado del PJ. La rebelión de las Boinas Blancas . El dilema de Vischi. Son parte de los entretelones políticos y la puja cuyo principal escenario será el 2019.

              

Jueves, 24 de mayo de 2018

Cinco meses han pasado del comienzo del nuevo Gobierno Peronista encabezada por Martín Ascua.
Bastante poco tiempo para sacar conclusiones apresuradas, aunque puede apreciarse una impronta y dinámica de gestión que moldea al nuevo ejecutivo municipal.
La evaluación sobre la última visita del Gobernador Gustavo Valdes a nuestra ciudad fue valorada como sumamente positiva, “pudimos dar muestras de convivencia y entendimiento” dijo a esta redacción un funcionario municipal con rango político.
Aunque trascendió que Valdes hizo conocer su malestar por el tratamiento comunicacional que se hizo desde la Comuna por el supuesto no envío de medicamentos de Salud Pública Provincial al nuevo Vacunatorio Municipal, “yo no tuve nada que ver con esto” dijo fastidioso “quiero que definamos si vamos hacer amigos o enemigos” remató el Mandatario Provincial a los presentes en una mesa reducida en la que se encontraba Ignacio Cabral Secretario de Salud Municipal. Por supuesto que se le explicó al Gobernador que la gestión municipal no estaba detrás de ninguna campaña negativa.
Este episodio cuentan desde las usinas de la Capital Correntina, abroqueló al actual Diputado Vischi con Valdes, ya que el primero le habría acercado a la información al Gobernador y denunciado la maniobra.
En el plano estrictamente político-electoral una vez que pase el Mundial de Futbol, el horizonte del 2019 comienza asomar.
En el Gabinete puede visualizarse al menos 3 funcionarios con juego propio y construcción política mirando el futuro: Ignacio Cabral (Secretario de Salud Municipal), Eugenia Grassi Vich (Secretaria de Desarrollo Humano) y Celeste Ascua (Secretaria de Acción Social). Esta última lidera la fracción de la Juventud Peronista, principal sustento político del Gobierno Municipal.
El próximo año en nuestra ciudad se renovarán 6 Concejales sobre 13 actuales.
“La lista de Concejales tienen que ser puros, Tinchistas del palo, que sepan defender la parada del ejecutivo en el Concejo”, deslizan desde el círculo más allegado al Intendente.
Imaginan una mega-alianza encabezada por un “Tinchista químicamente puro”, un segundo lugar a la demandante J P, y en tercer término un pejotista que surja de algún acuerdo con otros sectores del peronismo. Y a partir del cuarto lugar estarían dispuestos a negociar con los aliados afines. Pero para ello falta un año, y mucha agua correr bajo el puente.
Sin embargo la mirada está puesta en la disputa por la banca de Diputado Provincial que “en teoría” le correspondería al peronismo Libreño en el siguiente turno electoral.
El regreso del Justicialismo a la comuna Libreña tras 16 años, volvió a despertar los sueños de su dirigencia de poder convertirse en la “Capital Provincial del Peronismo” como lo fuera en los años 90, ello abriría las posibilidades de colocar representantes en la legislatura ante la debacle del PJ en la provincia luego de las sucesivas derrotas del 2017, principalmente en distritos claves como la Capital Correntina y Goya y Curuzú Cuatiá.

Los nombres comienzan a danzar en torno a una “posible banca”.

Cuentan que cuando buscan la bendición del actual Intendente Libreño para una banca legislativa, él contesta “jueguen todos, métanle para adelante”, ejerciendo un difícil arte de tratar de conformar a todos.
Alberto Yardin, actual Diputado Provincial, vence mandato el 10 de Diciembre del 2019, nunca ocultó su aspiración de renovar el escaño. En la actualidad se lo encuentra más abocado a labor legislativa que al armado político. Mantiene una relación de equilibrio con Ascua.
Que ambos acuerden aseguraría la paz interna en el Partido Justicialista. No hacerlo complicaría las cosas, principalmente para un gobierno que se inicia y tiene otras preocupaciones.
La ausencia de “El Loro” en el acto aniversario de Evita, el último 7 de Mayo fue comprendida en “clave política”.
Sara Alegre probó suerte en las PASO del 2017 y le gustó. Acompañó a Agustin Payes como segunda pre-candidata a Diputada Nacional, dicen en su entorno “que no le desagradaría ocupar una banca en la legislatura provincial”. El 10 de Diciembre del 2019 vence su mandato como Concejal, y no puede renovar más por las limitaciones que impone la Carta Orgánica Municipal.
Martín Joulia vuelve al ruedo, el ex Concejal del Partido de la Victoria (2005-2009), y dirigente de la CPF se encuentra recorriendo la provincia, y tomando contactos con diversos referentes provinciales, tratando de generar su propio espacio, manifestó públicamente su intención de ser candidato a legislador.
Miguel Arias, hay quienes aseguran que es uno de los hombres de mayor confianza de Ascua, y de la primera hora, podría ser una carta fuerte del mandatario comunal llegado el caso.
Edgar “Café” Gimenez, a diferencia de Sara Alegre no tiene impedimento para renovar la banca de Concejal en Diciembre del 2019. Comenzó un recorrido por la Costa del Uruguay, con un incipiente armado de dirigentes de Yapeyú, Tapebicuá, Guabiraví, ello lo ubica como uno de los hombres anotados para la carrera, aunque ello no lo desvela. En el 2017 ya caminó la provincia con el Empresario Periodístico Daniel Caran, acompañándolo como pre-candidato a diputado nacional en la denominada Lista Volver a Creer.
El Ejército de Reserva, la Juventud Peronista se encuentran trabajando en una estrategia de máxima y de mínima. La primera opción sería disputar una banca en la legislatura para Celeste Ascua, y la de mínima un lugar expectable en la lista de Concejales, para un o una integrante de la JP incondicional al proyecto de Martín Ascua. De todos modos no opera la ansiedad en el espacio juvenil, saben esperar el momento y reconocen la Jefatura política, la prioridad es consolidar la base de gobierno, pero sin regalar espacios.
De todo lo expuesto anteriormente, la palabra de Ascua será decisiva, pero “todo en su medida y armoniosamente“repiten a su alrededor parafraseando al General Perón. Y como es sabido, todo se termina definiendo en “La Meca Correntina” a última hora.

La Rebelión de las Boinas Blancas

Dicen que en la política existen tiempos de paz, tiempos para prepararse para la guerra y tiempos de guerra. En el 2018 se esperaba transitar como un año de paz, sin embargo las cosas en la UCR local parecen indicar lo contrario, o al menos los tiempos tienden acelerarse.
El día viernes pasado un grupo de dirigentes ucerreístas en Club Progreso dieron nacimiento a la Unión Radicales Libres, un nuevo espacio que intentará arrebatar el manejo del Comité al Petequismo.
Con una conducción horizontal, Darío Cabrera, Susana Espinoza, Edgardo Vischi, Amado Bonpland, Marcelo Cussanelli entre otros, comandan un grupo heterogéneo que van desde radicales históricos pero no activos politicamente, parte de la J R, dirigentes disconformes desde hace tiempo con el manejo partidario, y hasta furiosos anti-petequistas.
La gota que rebalsó el vaso en estas huestes, fue la derrota del pasado 8 de Octubre que lograra desplazar de la comuna al radicalismo, aducen en ese sentido que la responsabilidad política fue de Eduardo Vischi.
Aseguran que son tiempos de renovación en el partido de Alem e Irigoyen, y se juramentaron no negociar espacios en el Comité a cambio de bajarse de la interna, “nuestro objetivo no es la lista de concejales, sino el Comité que se renovará en Octubre venidero”, se le escuchó a decir a uno de los rebeldes.
La estrategia de los Radicales Libres es circunscribir el trabajo solo al territorio local, para evitar las injerencias y operaciones desde la Capital Correntina.
Para los organizadores del primer mitin político en Club Progreso, las expectativas fueron colmadas, “para ser nuestra primera reunión, no estuvo nada mal” celebraban exultantes.
Sin embargo son conscientes que derrumbar la fortaleza de la estructura petequista en una elección interna no será tarea sencilla.
Mientras que en el campamento Petequista la cuestión se divide en 3 miradas: los que lamentan la interna, “es hacerle el juego al peronismo y a Tincho” argumentan. Consideran que una compulsa electoral dejará heridos, aún sobrevuela en la memoria de los correligionarios la sangrienta interna del 2001 entre Darío Cabrera y Vicente Picó que aún hoy en día algunos afirman costó la intendencia municipal. Con esa vasta experiencia creen que se debe agotar las instancias de diálogo con el otro grupo para evitar la confrontación.
Los segundos exigirán un replanteo serio en el oficialismo partidario, un mea culpa y un cambio en la metodología de conducción, pero no está en sus planes “sacar los pies del plato”.
Y la tercera corriente, es el ala dura del petequismo, “Vamos de una vez por todas a las urnas y demostremos quien tiene los votos en serio”, alentó un filoso correligionario. Confían en imponerse cómodamente en un eventual comicio ya que entienden que el sector adversario se mostró demasiado pronto y que le costará sostenerse en el tiempo.
Mientras Eduardo Vischi observa y contempla el nuevo escenario.
La posibilidad de una interna, lo obliga a replantear su propia estrategia. No está acostumbrado a que le desafíen la autoridad, el 2017 fue un año de golpes sucesivos (no fue el elegido por Colombi para sucederlo, a lo que se suma la derrota en su propio territorio político).
Que su futuro político quede sujeto a una eventual interna lo molesta. Si pierde o se le acercan demasiado sus adversarios, su poder político se licuaría, si gana cómodamente revalidaría títulos que le permitirían seguir en la escena provincial.
En la astucia y el correcto diagnostico encontraría el triunfo, sin embargo la terquedad y la subestimación lo encaminarían al ostracismo.
Dicen que bajará a la ciudad este fin de semana con instrucciones políticas precisas, y que no admitirá errores.
Todos en definitiva miran el 2019, los radicales malheridos del año pasado quizás tengan cuentas que saldar en la renovación de autoridades partidarias este 2018, mientras el peronismo aspira a llegar sin sobresaltos al próximo año, para poder ampliar y fortalecer su base de sustentación. La carrera está a punto de comenzar.


Por Ignacio Villanueva.


Jueves, 24 de mayo de 2018

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