¿VUELVE STIUSO?
Diputados: la oposición suma 134 votos para dar de baja los fondos de la SIDE
El poroteo supera el quórum y plantea un nuevo escenario parlamentario. La amenaza del regreso de los viejos integrantes ligados a Stiuso. Intriga por la reunión del radical Monti y Caputo.
Lunes, 12 de agosto de 2024
«Los únicos dos decretos que son relevantes, son los dos del diseño de la Secretaría de Inteligencia y su financiamiento. Yo se que hay una mayoría armada, acá todos hablamos con todos, pero esto va a ocurrir de todas maneras, lo único que estamos discutiendo es (si sucede) una semana más o una semana menos», dijo el diputado Nicolás Massot en la reunión de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo. Lo hizo antes de perder una votación para que los DNU 614/24 y 656/24 fueran tratados la semana próxima.
El primer decreto creó la nueva Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y su subdivisión en cuatro agencias. El segundo aumenta su presupuesto en 100.000 millones de pesos y los declara reservados, es decir, sin control alguno por su carácter secreto.
Massot, que integra el bloque Encuentro Federal, conducido por Miguel Pichetto, sabía que los dos representantes del radicalismo no iban a acompañar un pedido que había impulsado el kirchnerismo, aunque el 31 de julio habían reclamado su rápido tratamiento ante la irregularidad de la partida reservada. Finalmente la bicameral recién tratará los decretos a fin de mes, pero la decisión originó que ocurra en Diputados lo que no se pudo concretar en el Senado.
Apenas se conoció la postergación, un grupo de integrantes de EF, junto con un sector de la UCR, pidió sesionar el próximo jueves en la Cámara Baja para llevar al recinto los dos decretos y hacerlos caer. Todos, salvo Pichetto.
La bicameral que preside el senador riojano Juan Carlos Pagotto tiene diez días para analizar la validez de un DNU. El miércoles vence el plazo y desde entonces el decreto puede ser tratado por alguna de las dos cámaras. Para perder vigencia debe ser rechazado por ambas.
El primer paso fue dado ese mismo jueves por la tarde, por el bloque que preside Pichetto, pero sin su firma, porque el rionegrino no estaría de acuerdo con impulsar la caída del decreto, a diferencia de Massot, Emilio Monzó, Margarita Stolibizer y dos archipiélagos internos que también acompañan: los dos cordobesistas, liderados por Carlos Gutiérrez y los dos socialistas, que conduce Mónica Fein.
Al pedido se sumaron cuatro radicales, que responden a Facundo Manes, con el auspicio del senador porteño Martín Lousteau. También firmó Maximiliano Ferraro de la Coalición Cívica, uno de los primeros en advertir que por la Ley de Administración Financiera no se pueden redirigir partidas para Inteligencia por decreto.
«Es innecesario que, por cinco días más de algo que igualmente va a pasar, nos mordamos la cola como un gato», resaltó el jueves Massot. Sus palabras fueron leídas como un mensaje a los dos radicales de la bicameral que venían de exigir celeridad pero no votaron la moción de tratar los decretos la semana que viene, con el pretexto de que había sido impulsada por el kirchnerismo. Hace diez días el bloque radical consideró que «todo lo referido a la inteligencia es sumamente sensible para la democracia y por lo tanto requiere de un debate profundo, serio y transparente. Hacer un aumento de semejante magnitud y por la vía de DNU no hace más que sumar incertidumbre y sospechas sobre el uso de los fondos públicos».
En la bicameral están el senador chaqueño Víctor Zimmerman y el diputado catamerqueño Francisco Monti. Los dos hicieron lo contrario al comunicado y por eso Massot les pidió que no se mordieran la cola, como un gato.
Monti y Zimmerman fueron determinantes en la decisión que ganó, de postergar el debate. Mientras algunos de sus correligionarios le ponían la firma al pedido de sesión en Diputados, otros cuestionaban al catamarqueño. Incluso aseguraron que Monti se había reunido un día antes con el estratega presidencial Santiago Caputo.
Ante las consultas de Tiempo, el diputado eligió el silencio, pero Caputo es el mismo interlocutor que tiene Pichetto y por esa razón los demás integrantes de su bancada le piden al rionegrino que cambie las visitas a la Casa Rosada por rees en la Cámara con los demás integrantes del bloque. «Pichetto ofrece en Balcarce 50 lo que no tiene en Diputados», graficó una fuente del conglomerado que lo tiene como presidente.
La reforma del aparato de espionaje estatal despierta discusiones internas en la bancada de EF, pero fue el mismo espacio, a instancias de Pichetto, el que dejó sin quórum al oficialismo este miércoles para sesionar en la Cámara de Diputados. Cerca del presidente del cuerpo, Martín Menem, opinan que la decisión de no bajar al recinto este miércoles, por parte de este bloque aliado, es porque Pichetto se deja arrastrar por los Massot y Monzó, pero lo cierto es que el rionegrino coincide con sus pares de castigar al oficialismo por la cantidad de acuerdos incumplidos desde que le votaron la Ley Bases, pero no coincide con la ofensiva para herir el decreto de los 100 millones de dólares para gastos reservados.
Otras espadas del oficialismo especulan que EF les quitó el apoyo porque los dejaron afuera de la bicameral de Seguimiento de Organismos de Inteligencia, que todavía no definió a su presidente, aunque sigue en funcionamiento con el diputado Leopoldo Moreau como titular interino. En el bloque de Pichetto sostienen que la decisión de dejarlos sin quórum no es por una pelea de cargos, sino porque incumplen todos los acuerdos.
Los diputados más comprometidos con hacer caer el DNU de los fondos reservados ya tienen un poroteo tentativo. Contabilizan 134 voluntades, es decir, cinco votos por encima del quórum reglamentario, el mismo que le quitaron a Menem el miércoles pasado, en un notable cambio de tono de la Cámara baja, especialmente de los aliados esquivos del Gobierno, luego de la sanción de la Ley Bases y el Paquete Fiscal.
«Teníamos una indignidad reprimida», confiaron en EF, la nueva marca de Hacemos Coalición Federal, pero sin el bloque de la Coalición Cívica, que recuperó su autonomía. En los 134 votos no cuentan a todo el bloque de UxP, porque estiman que la Rosada buscará presionar a gobernadores de todo pelaje. Por eso tampoco cuentan a Innovación Federal, integrado por el Frente de la Concordia Misionero y Juntos Somos Río Negro que esta vez, al igual que Pichetto, no se sumaron a interpelar la reforma que quiere Milei y que estaría ejecutando Caputo.
Dicen que sería luego de un acuerdo político con las distintas capas tectónicas del aparato de inteligencia y con un regreso de viejos integrantes, en especial, aquellos que trabajaron bajo órdenes del exdirector general Antonio Horacio Stiuso.
En la Rosada sostienen que también influyó el radical José Luis Vila, con larga experiencia desde el alfonsinismo hasta la gestión de Mauricio Macri, pero su rol sería secundario ante el volumen del presunto acuerdo sellado con Stiuso, que incluiría la nominación del juez federal Ariel Lijo como integrante de la Corte Suprema. Algunos legisladores sostienen que en ese entramado también talla el integrante de la Auditoría General de la Nación, Javier Fernández y el virtual viceministro de Justicia, el secretario Sebastián Amerio, cuya designación adjudican a Caputo.
Una aparente coincidencia para reordenar la SIDE ha vuelto a ser su vidrioso rol con la Justicia, pero hay dos más. La segunda es «terminar con el aislamiento internacional», es decir, volver a «conectar» al organismo con la CIA, cuyo jefe, William Burns estuvo en Buenos Aires y tuvo tres rees con funcionarios argentinos. Esa tarea estará en manos del «Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), bajo la órbita de la SIDE, cuyo director es Alejandro Walter Colombo, que trabajó bajo la órdenes de Stiusso hace 30 años, antes y después del antentado contra la AMIA.
La «reconexión» de la ex AFI también incluye a organismos, como el Mossad israelí y busca aumentar la capacidad para prevenir presuntos ataques externos de origen territorista
Hay otro punto que aumenta intrigas en el Congreso. «Hasta que no frenemos los fondos reservados, los van a seguir usando», razonó un radical que votará en contra del DNU, si es que llega al recinto este jueves. Hay una puja de tres pedidos de sesiones que podría dejar al DNU como la última parte de una sesión maratónica o postergar su tratamiento.
El destino de los 100 millones de dólares aumenta especulaciones. Especialistas estiman que será para comprar tecnología que refuerza al sector de ciberdefensa, además de ampliar la opacidad para gastos políticos, financiamiento de espionaje interior y de la red de trolls en las redes que, como reveló la revista Crisis, pasó del escrache virtual a la persecución física con amenazas, amedrentamiento y utilización de datos privados, en algunos casos provenientes del Registro Nacional de las Personas, Migraciones o la ANSeS. Massot repudió a los trolls en las redes. Recibió una virulencia desproporcionada y muy organizada.
Tras el apoyo a la Ley Bases, el bloque de Pichetto volvió a sumar centralidad, pero ahora por su capacidad de daño. La semana pasada la bancada debatió qué hacer con los DNU de Inteligencia. «Yo creo que la SIDE tiene que tener otro presupuesto. Tampoco que nos pase que nos acusen de obstruir, pero esa guita no es para reforzar la seguridad nacional, sino para perseguir», es la frase que le adjudican a Monzó durante la reunión. «Lo van a hacer igual», le escucharon contestar a Pichetto y el extitular de la Cámara Baja le retrucó: «Pero yo no voy a ser el que se los permita». Volverán a reunirse este martes a las 17. «
Lluvia de pedidos de sesión a Menem
«Hay un común denominador entre las fuentes libertarias y es que les gusta hablar mal de los compañeros de bloque en off. Todos cagones», escribió este sábado la diputada santafesina Rocío Bonacci respecto a sus compañeros en la bancada de La Libertad Avanza, que preside Gabriel Bornoroni, pero dirige silenciosamente el titular de la Cámara Baja, Martín Menem. La legisladora es parte del sexteto que visitó a los condenados por delitos de lesa humanidad en el pabellón de Ezeiza. Bonacci sigue sosteniendo que fue engañada para ir a esa reunión y se sumó al cruce que protagonizaron sus colegas Marcela Pagano (a un paso de dejar el bloque) y Lilia Lemoine, que mantiene contacto directo con Milei.
“Sí, fueron tres diputadas de nuestro bloque. Parece que se aliaron con el kirchnerismo. A mí todo eso me parece raro. Me molesta, yo entiendo que los kirchneristas no quieran darnos quórum, eso lo entiendo, pero que ellas no estén para dar quórum ¿Pero qué pasa si uno no consigue quórum para poder votar? Nuestra responsabilidad es estar ahí desde el principio, nada más”, lanzó Lemoine en un streaming.
Pagano la desmintió y la acusó de mitómana, pero la pelea refleja la virulencia interna que tienen que afrontar Menem y Bornoroni desde que el jueves se les cayó la sesión solicitada con un mes de anticipación. El bloque de Miguel Pichetto los dejó sin respaldo por primera vez y abrió otro escenario para esta semana. Tras la caída de la sesión, ahora Menem tiene tres pedidos de sesiones. Primero recibió la solicitud de EF y la UCR para tratar el jueves los DNU sobre la creación y financiamiento de la SIDE, pero al mismo tiempo.
Luego el PRO y LLA solicitaron una sesión para un día antes desde las 11 para tratar el temario de la sesión caída. También hay otro, impulsado por la UCR para sesionar ese mismo día a partir de las 14 “o al término» de la que pidió el oficialismo y sus aliados más cercanos. El tema solicitado es el debate de los proyectos de financiamiento universitario que tienen dictamen y que el radicalismo había demorado.
Menem no puede evitar las convocatorias pero tiene chances de ordenarlas, ensamblarlas o, por sobre todo, postergar o dejar para el final de una extensísima sesión el tratamiento de los DNU 656/24 y 614/24. Podría apaciguar o debilitar el tema que más le preocupa al gobierno para darle más tiempo de negociación. El miércoles tiene un desafío mayor para juntar el quórum. Ese día declara la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el juicio oral por el intento de magnicidio que sufrió el 1 de septiembre de 2022 y el bloque de Unión por la Patria no aportará ninguna de sus 99 voluntades en esa jornada.
El jueves podrían estar sentados para anular los DNU junto a EF y una parte del radicalismo. Los peronistas podrían dar asistencia perfecta, salvo los que reciban los llamados de sus gobernadores, en caso de que la Rosada redoble las presiones para amortiguar la sesión que más le preocupa de los tres pedidos que Menem tiene en su escritorio, mientras su bloque sigue crujiendo, incluso durante el fin de semana.Lunes, 12 de agosto de 2024