VOTACIÓN CLAVE
Los argentinos votan presidente en una elección con final abierto
La paridad lograda por tres de los cinco candidatos y los indicios que arrojaron las encuestas sugieren que habrá balotaje. Se descuenta que Javier Milei será uno de los que ingrese, mientras que Sergio Massa y Patricia Bullrich buscarán convertirse en sus competidores. Qué se juega este 22.
Domingo, 22 de octubre de 2023
Final abierto. Ese es el clima que rodea a la primera vuelta de la elección presidencial que se desarrollará este domingo, caracterizada por el escenario de tres tercios que dejaron las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto, en las que se registró un virtual «empate» entre La Libertad Avanza, Juntos por el Cambio y Unión por la Patria.
Esta noche, los argentinos configurarán al próximo presidente o presidenta a partir de un menú que incluye al actual ministro de Economía, el “tigrense” Sergio Masa (UP), al disruptivo candidato de La Libertad Avanza, el “León” Javier Milei, la “halcona” de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, el “cordobesista” Juan Schiaretti (Hacemos por Argentina) o la referente del trotskismo, la “Rusa” Miriam Bregman (FIT-Unidad).
También elegirán legisladores nacionales –se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado- parlamentarios del Mercosur, cuatro gobernadores (Provincia de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Catamarca y Entre Ríos), más los intendentes y concejales de sus respectivos municipios y los de la provincia de Santa Cruz.
A partir de los resultados de las Primarias, todos los estudios de opinión realizados desde el 13 de agosto coinciden en que será difícil evitar un balotaje, aunque el factor sorpresa y las distintas vertientes que confluyeron en el voto a Javier Milei impiden trazar estimaciones precisas.
Unas 35 millones de personas están habilitadas para votar. Los comicios se iniciarán a las 8 y culminarán a las 18, aunque las autoridades electorales advirtieron que ofrecerán los primeros datos del escrutinio provisorio a partir de las 22, cuando se haya cargado información de todos los distritos de manera representativa.
Foto: AFP
En las PASO de agosto último, Milei obtuvo el 29,8% de los sufragios, Bullrich sumó 28% (con la suma de los votos de su contrincante en la interna Horacio Rodríguez Larreta) y Massa alcanzó el 27,2% (con los apoyos recibidos por Juan Grabois). Más lejos se posicionaron las otras dos fuerzas que superaron el piso del 1,5% necesario para competir en las generales: Schiaretti logró 3,71 puntos y Bregman se quedó con un 2,61 por ciento. Un dato inesperado fue la cantidad de abstención que se registró el 13 de agosto: sufragó el 69 por ciento del electorado, por lo que algunos analistas jugaron con la idea de que el gran elector será el ciudadano que decida esta vez participar de la elección. Concurrieron a las urnas 1,4 millones de electores menos que en 2019, por lo que hacia allí dirigieron en estas semanas parte de su búsqueda todas las fuerzas políticas.
Para que esta noche uno de los candidatos sea ungido presidente, será necesario -según lo establece la ley electoral- que alcance el 45% de los votos o los 40 puntos pero con una diferencia de 10 puntos respecto de quien salga segundo. Si esto no se produce, habrá una nueva ronda electoral el 19 de noviembre.
Esta es una elección fuertemente competitiva y a la vez inédita. Las «terceras vías» lograron imponerse en elecciones legislativas de medio término pero en las presidenciales generalmente lograron un techo del 15% en promedio. Si la elección de 2019 estuvo marcada por una fuerte polarización entre el Frente de Todos (hoy Unión por la Patria) y Juntos por el Cambio, la «sorpresa» del triunfo del candidato de La Libertad Avanza en las primarias -aunque por un margen muy escaso- resignificó el panorama político de los últimos quince años.
La elección de este domingo puede preparar el terreno para un escenario de ruptura de los acuerdos logrados desde el regreso de la democracia -hace 40 años- según se desprende de la retórica libertaria que basó su campaña en poner en duda coincidencias básicas como la defensa de la soberanía, de la moneda nacional, de la educación pública, de los derechos de niños, niñas y adolescentes, del rechazo a la libre portación de armas, de la protección del medio ambiente, del proceso de Memoria, Verdad y Justicia y una larga lista de políticas de Estado.
Del otro lado, las dos coaliciones que gobernaron en los últimos dos períodos presidenciales parten de una base común en torno a esa lista de cuestiones básicas, aunque las diferencian sus objetivos: Patricia Bullrich basó su campaña en alentar el antikirchnerismo, luego de que Milei se quedara con la representatividad del electorado «duro» y Sergio Massa debió trabajar su candidatura cumpliendo a la vez el rol de ministro de Economía de un gobierno del que necesitó diferenciarse, pero que ofrece cifras contrastantes: el nivel más bajo de desocupación desde 2015, pero a la vez la mayor inflación desde 1991 en adelante, con una caída de los salarios que se inició con la gestión de Mauricio Macri (25%) y que, pese a los bonos, los incentivos, y las paritarias, se recuperó parcialmente pero ronda el 14 por ciento.
Con estas cifras a cuestas, el nivel de competitividad que logró Sergio Massa en las PASO fue también una sorpresa. Las últimas encuestas lo ubicaron con grandes expectativas de ingresar al balotaje con Milei, acaso el candidato con el que mejor podría contraponer proyectos en una posible segunda vuelta electoral.
Los otros dos candidatos, Schiaretti y Bregman, terminaron afectados por el escenario de tres tercios. Su objetivo será obtener una mejor representatividad en el Parlamento y jugar un rol importante en términos de acuerdos políticos, en caso de darse el balotaje.
Algunas claves
Como en las presidenciales pasadas, la mayoría de las provincias ya eligió gobernador en una secuencia escalonada desde el mes de abril. Los resultados no vienen siendo favorables para el oficialismo nacional, ya que Juntos por el Cambio ganó en 8 provincias (Jujuy, Mendoza, Corrientes, Chaco, Santa Fe, San Luis, San Juan, Chubut), en tanto Unión por la Patria sumó victorias en 5 (Formosa, Tucumán, La Rioja, La Pampa y Tierra del Fuego) y otros distritos (Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, Salta, Santiago del Estero y Misiones) quedaron en manos de fuerzas locales. De ahí que la principal apuesta de Unión por la Patria es lograr una diferencia importante en el principal distrito electoral del país, la Provincia de Buenos Aires, donde se congrega el 37% del padrón. Axel Kicillof tiene altas posiblidades de reelegir, ya que no existe segunda vuelta en el sistema electoral bonaerense, y quien resulte electo gobernador lo hace con un voto de diferencia. Las elecciones de CABA, Catamarca y Entre Ríos también tendrán un papel que cumplir en la foto de la Argentina que viene: Juntos por el Cambio puede retener la Capital Federal y disputa con chances la provincia de Entre Ríos, hoy gobernada por la coalición peronista. Catamarca va hacia la reelección del oficialista Raúl Jalil, por lo que Unión por la Patria sumaría otro distrito más en el mapa federal.
La ciudad de Buenos Aires es un capítulo en sí mismo: en la interna de Juntos por el Cambio se impuso Jorge Macri, en una disputa muy pareja con el precandidato de Evolución radical, Martín Lousteau. Si se sumaran los porcentajes (55,9%), el primo del expresidente debería ganar en primera vuelta, ya que en CABA el piso para evitar el balotaje es 50 por ciento. Sin embargo, las tensiones internas que atravesaron a esa coalición resultaron tan fuertes que no se descarta un trasvasamiento de los votos de los votantes de Lousteau al candidato de UP, Leandro Santoro, de origen radical, quien sueña con superar el techo del 25% de la alianza de centro izquierda para ir a una segunda vuelta, apoyado en el posible desgaste de la gestión macrista que lleva 17 años gobernando la Capital.
El Congreso
Como sucede cada dos años, el electorado deberá votar para renovar la mitad de la Cámara de Diputados (130 bancas) y un tercio del Senado (en esta oportunidad las 24 bancas que representan a Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz).
Si se repitieran los resultados de las PASO, las proyecciones indican que ninguna fuerza política lograría tener quórum propio en ambas cámaras (se necesitan 129 escaños en Diputados y 37 en el Senado). Este cuadro de situación, que no se modificará más allá de que alguna fuerza mejore su performance, es el que llevó a Massa a profundizar la idea de que será complejo gobernar la Argentina que viene sin acuerdos con otras fuerzas políticas. El planteo es todavía más complejo para Milei, ya que frente a un eventual triunfo, ni siquiera podrá contar con provincias gobernadas por La Libertad Avanza, ya que ninguno de sus candidatos pudo si quiera amenazar las estructuras partidarias de las «castas» provinciales, como bautizó con desprecio a las fuerzas políticas tradicionales que -no sin crisis ni defectos- sostienen el sistema democrático argentino hace cuatro décadas. «Domingo, 22 de octubre de 2023