Procesaron al informático como partícipe necesario de la muerte del fiscal Nisman
No se sabe nada pero Lagomarsino ayudó
Aunque no se sabe quién ni cómo habría sido el homicida de Nisman, ayer el juez Ercolini decidió procesarlo. Los abogados de Lagomarsino dicen que es tan absurdo que ni apelarán.
Miércoles, 27 de diciembre de 2017
El juez federal Julián Ercolini sostiene que al fiscal Alberto Nisman lo asesinaron. No sabe quién ni cómo cometió el homicidio, pero en una resolución que firmó ayer asegura que el informático Diego Lagomarsino fue partícipe necesario de ese crimen. ¿A quién ayudó? No se sabe. ¿Cómo fue el asesinato, cómo entraron el o los homicidas al departamento de Le Parc? Tampoco se sabe. Pero el juez sostiene que el hecho de que el arma estuviera a nombre de Lagomarsino, que era alguien muy cercano a Nisman, lo convierte co-responsable. El técnico informático se había presentado en tribunales apenas apareció el cuerpo sin vida del fiscal para decir que le había pedido un arma prestada porque temía por la seguridad de sus hijas, en aquellos días posteriores a su denuncia por encubrimiento contra la ex presidenta Cristina Kirchner por el Memorándum con Irán. Con el correr de la investigación, también se supo que les había pedido una pistola a otras dos personas, entre ellos un custodio, que no le siguieron el juego. En la resolución de ayer en la que procesa a Lagomarsino sin prisión preventiva y con un embargo de 15 millones de pesos, el juez dice que no le cree, que le parece inverosímil su relato, y también responsabiliza por delitos menos graves a los cuatro policías que custodiaban al fiscal de la UFI AMIA. Sus abogados evalúan no apelar para que el caso vaya rápido a juicio oral porque lo consideran jurídicamente insostenible.
La base para decir que la muerte de Nisman fue producto de un homicidio es el peritaje que hizo Gendarmería cuando la investigación pasó al fuero federal, y el pedido del fiscal Eduardo Taiano que lo sigue al pie de la letra. El juez combina conclusiones de ese estudio con los que había hecho el Cuerpo Médico Forense y peritos de la Policía Federal cuando la causa estaba en el fuero ordinario, pero en lugar de mostrarlo como estudios contrapuestos sugiere que Gendarmería completó una conclusión sobre la cual las juntas médica y criminalística no habían avanzado. En rigor, lo que decían éstas últimas era que no había ninguna prueba de participación de terceras personas. Para el juez, la prueba es el peritaje de Gendarmería –realizado por peritos que no tienen experiencia en autopsias– pero en el texto de los procesamientos no hay ninguna explicación sobre cómo se habría cometido el supuesto homicidio ni quién lo hizo. Aun así, y aunque las cámaras del edificio y la autopista acreditan que Lagomarsino estuvo en el departamento y se fue en los horarios que siempre declaró, concluye que fue partícipe necesario porque el arma de la que salió el disparo era suya. El informático había dicho que el 17 de enero de 2015 fue a ver a Nisman pasadas las 17, que ahí le pidió el arma, y se fue cerca poco antes de las 18 a buscarla. Volvió a las 20 y se retiró 20.30. En el expediente está claro, además de lo que relató el técnico, que fue el fiscal quien lo llamó, no es que Lagomarsino lo llamó a Nisman. Pero Ercolini sostiene que con el arma a su nombre, se buscaba simular un suicidio.
Miércoles, 27 de diciembre de 2017