Judiciales
La verdad del expediente judicial para entender el caso “Aubel”
El imputado está acusado de haber mantenido en cautiverio y esposado a su hijo, quien padece una esquizofrenia. Está descartado el abuso sexual por parte del padre en el marco de ritos satánicos denunciados. Los informes periciales realizados antes de que trascendiera el hecho, indican que el acusado “goza de buenas condiciones psicológicas que le permiten ocuparse de manera integral del cuidado de su hijo”. Por otra parte, el informe socio-ambiental observó que “el joven (la victima) se hallaba inserto satisfactoriamente en el grupo familiar”. Para el Fiscal que elevó la causa a juicio, el estado de abandono y la privación ilegítima de la libertad, está comprobada.
Jueves, 28 de julio de 2022
La próxima semana, continuará el juicio oral que se le sigue a Juan Hualberto Aubel (60), imputado de los delitos de “Abandono de persona agravada de un padre hacia el hijo, por el resultado de un grave daño en el cuerpo de la víctima, en concurso real con privación ilegítima de la libertad agravada”, cuya victima fuera su hijo, quien padece una esquizofrenia.
El Tribunal está presidido por el Dr. Marcelo Fleitas, lo acompañan los doctores Marcelo Pardo y Gustavo Ifran, asistidos por el Dr. José Monti.
La defensa técnica, es ejercida por el Dr. Juan Carlos Vischi, la Fiscal de Juicio, la Dra. Noelia Lena, mientras que la Dra. Carolina Macarrein, Asesora de Menores, representa los intereses de la víctima.
El juicio se lleva adelante, bajo el anterior Código Procesal Penal, ya que el hecho juzgado data de finales del 2019.
En la fase de instrucción, varios elementos se sumaron a la investigación, y deberán ser evaluados por el Tribunal.
Uno de ellos, es que inicialmente se había denunciado, que el imputado había sometido a su hijo, a reiterados abusos sexuales, y que el hecho, tuvo características de “rito satánico”. Ambas acusaciones, fueron descartadas y no forman parte, de los delitos que se juzgan.
El informe socioambiental, realizado meses antes, de que trascendiera el hecho, determinó que el “joven (la victima) estaba en buenas condiciones de higiene y presentación, integrando el grupo conviviente, pero presentaba dificultades para caminar, y lograba trasladarse por sus medios”, y añade “de los indicadores observados se infiere, que el joven se encuentra inserto satisfactoriamente en el grupo familiar del progenitor, con dificultades propias de la dolencia mental que presenta.
Los aspectos ambientales observados son pertinentes para la permanencia del joven en dicho lugar, se infieren cuidados suficientes en tal sentido”.
Con respecto al informe psicológico, practicado al acusado, el mismo estableció que “es un hombre con buen nivel intelectual, madurez afectiva y está en buenas condiciones psicológicas que le permiten ocuparse de manera integral del cuidado de su hijo con discapacidad secuelar a trastorno adictivo en la adolescencia”.
En la entrevista, con el médico legista, posterior a los hechos denunciados, la víctima “negó el abuso sexual” y solo refiere a que “las heridas son autoprovocadas por la intensa picazón que le genera”. Reconoció que sí estuvo esposado por el padre, “con intención que se deje de rascar la zona lesionada”.
La pericia psicológica precisó que Aubel (hijo), “manifiesta un pensamiento desorganizado, disgregado, con alteración del pensamiento con ideas fija, discurso pobre y se detectó un núcleo delirante somático”.
En otro informe pericial, realizado al joven, refiere que “se observaron conductas de riesgo para sí y para terceros, discurso incoherente sin posibilidad de hilvanar las respuestas de manera congruente” y concluye “no se encuentra en condiciones de prestar declaración testimonial”.
Para la defensa, la denuncia contra Juan Hualberto Aubel, esconde detrás una interna familiar, y una estigmatización impulsada por algunos medios de prensa, contra su defendido.
Para el Fiscal de Instrucción, Dr. Facundo Sotelo, que elevó la causa a juicio, los hechos “han sido comprobados, tanto el estado de abandono que se halló la víctima, y el encierro que padecía, lo cual desencadenó que sufriera lesiones de entidad grave, y además se ha visto impedido en disponer de su libertad ambulatoria”.
La denunciante, María Aubel, hermana de la víctima, declaró en instrucción, y expresó que se encontraba al cuidado de su hermano, luego de conocerse lo ocurrido, pero reconoció que no podía cuidarlo más, “por las reacciones violentas del joven, y porque no puede estar tranquila junto a él”.
Varios vecinos declararían en el juicio, algunos de ellos aseguraron en la parte de instrucción, que “Aubel (P) propinaba todo tipo de maltratos a su hijo, lo mantenía encerrado en una pieza sin agua, y que todos los días escuchaban gritos, alaridos y llantos del chico, como también asevera uno de ellos, que lo mantuvo esposado durante dos o tres meses”.
Habrá que ver, si estos testimonios, se ratifican en el debate, que se retomará el próximo martes 2 de agosto.
El hecho
Ocurrió en la localidad de La Cruz, en una fecha que hasta el momento no se puede precisar con exactitud, pero que sería el mes de septiembre, circunstancias en que, según la denuncia de Fiscalía, Juan Hualberto Aubel coloca en situación de desamparo a su hijo, Juan Leonardo Aubel, quien padece de esquizofrenia, siendo éste incapaz de valerse por sí mismo y al que debía cuidar, abandonándolo, colocándolo así en una situación de desamparo al tenerlo encerrado bajo llave, en una habitación de la vivienda, con las manos esposadas delante de su cuerpo y sin brindarle las más mínimas condiciones de higiene y ventilación, de cuidados y curación respectiva y cuya falta de tratamiento y medidas higiénicas, provocaron a la víctima, un mal estado de salud general, anemia crónica y desnutrición, heridas dermatológicas infecciosas por micosis (hongos) y otra lesiones de carácter graves, que lo inhabilitaron a realizar tareas habituales.
Según sostiene la acusación, Aubel (h) fue privado ilegitimamentente de su libertad, al haber sido esposado por su padre, en ambas muñecas por delante de su cuerpo, dentro de la vivienda donde residían con el mismo.
La víctima logró escapar del domicilio, el 10 de noviembre del 2019, en horas de la madrugada, ocasión en que huye hacia la casa de su hermana, María Aubel, quien le presta ayuda necesaria, quitándole las esposas.
Por Ignacio Villanueva
Jueves, 28 de julio de 2022