Sábado, 19 de Abril de 2025
19/04/2025 20:35:30
Lo que dejó las elecciones del 14 de noviembre
La remontada

Luego de los dos mazazos electorales, del 29 de agosto y el 12 de Septiembre, Martín Ascua pudo dar vuelta la elección del último domingo, remontar casi 8000 votos y lograr la reelección. La reivindicación de la política. Las estrategias de campaña del frente “Todos por Libres” y “Encuentro por Corrientes”. Quienes ganaron y perdieron. El vaciamiento del “contenido político” en la campaña de ECO, y su reemplazo por el entretenimiento. La UCR, y el debate interno que se viene. Crónica de una de las elecciones más vibrantes, que se tenga memoria.

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Viernes, 19 de noviembre de 2021

La elección local, en un contexto nacional del pasado domingo 14 de noviembre, será recordada como una de las más palpitantes de los últimos tiempos.

El huracán “Valdés” del 29 agosto y en especial de las PASO del 12 de septiembre, donde el exalcalde Libreño Eduardo Vischi (UCR), arrasó en la ciudad con un 63 % de los votos, encabezando la lista de Senadores Nacionales (hoy Senador electo), dejó más dudas que certezas, en el frente oficialista, liderado por el intendente Martín “Tincho” Ascua (PJ).

El cimbronazo se sintió durante toda la semana, posterior a las PASO.

En el campamento de Encuentro por Corrientes, los ánimos estaban exultantes. Siempre existieron dos corrientes de opinión en la dirigencia, los más exitistas por un lado, y por el otro, los más cautos, que sentían que los vientos favorables a ECO, podían acercarlos más al Frente de Todos en la local, pero que la última palabra no estaba dicha, ya que Martín Ascúa, aún no había salido a jugar a la cancha.

Ascúa dejó pasar la primera semana, posterior a las PASO, para lanzar su reelección, con la intención de que baje la “espuma triunfalista de ECO”.

Alguien le acercó la idea de cambiar la fecha de elecciones, para evitar ser arrastrado por la boleta del Frente de Todos, luego de la debacle del gobierno nacional, todavía estaba a tiempo. Sin embargo decidió afrontar el desafío con los riesgos que ello implicaba, y rechazó la idea. Entendía que más allá del resultado que le deparaba, no podía salir, del proyecto colectivo del peronismo de la provincia.

La semana del 20 de septiembre, Ascúa anunció a través de las redes sociales, que iría por su reelección.

Todavía le aguardaba una mala noticia, Agustín Faraldo (CAP), quien había anunciado públicamente que competiría como una tercera opción, terminó acordando con ECO, y acompañando a “Yeyé” Schiro (UCR) en la formula, como su candidato a vice.

El acuerdo fue otro sacudón para el oficialismo comunal. La oposición, aglutinaba fuerzas.

Un operador radical del acuerdo, reconocía a esta redacción, ya en ese momento, que Faraldo, no sumaba electoralmente, pero al menos, evitaba fuga de votos, de ECO a otro espacio político. Finalmente el vaticinio, no fue desacertado. El entendimiento fue solo eso, una alianza electoralista para la coyuntura sin demasiadas cosas en común.

Con la cancha inclinada en su contra, Ascúa comenzó a retomar la iniciativa política.

Entendiendo el riesgo que implicaba nacionalizar la campaña, decidió municipalizar la discusión, y “desperonizar” el discurso.

Su estrategia comunicacional, fue bien diseñada, logró que el ciudadano, plebiscite su gestión, abstrayéndose de la buena imagen del Gobernador Gustavo Valdés (UCR), Eduardo “Peteco” Vischi y aislando la discusión nacional.

Su discurso político, fue claro, le habló a distintos públicos, en varios tonos y supo generar expectativas de futuro, y eso fue clave para el triunfo. Comunicar bien.

Junto a su compañero de fórmula, Marcelo Cuevas, y alejado de las multitudinarias caminatas, repitió la experiencia del 2017, que lo llevó al gobierno municipal. Recorrió los barrios, casa por casa, explotando su principal capital político: el contacto con la gente.

La imponente caravana de cierre de campaña, el jueves previo a la elección, cambió el viento en favor del frente de “Todos por Libres”, en la última semana, donde ECO copó masivamente la palestra.

En dos meses logró remontar casi ocho (8000) votos, en un escenariocomplejo, con la boleta nacional, contra Gustavo Valdés, “Peteco” Vischi, y sectores del peronismo, dispuestos hacerle zancadillas.

Su base electoral, fue heterogénea como en el 2017, con anclaje en sectores medios, independientes, y nuevamente una porción de radicales, disconformes con la “imposición” del candidato en esa fuerza política.

“Otra vez se equivocó Peteco”, “nadie lo conoce a Yeyé”, una y otra, eran de las tantas frases que se escuchaban, en cada reunión social, o cada ocasión, que se hablaba de política.

Lo cierto, es que el candidato a intendente de ECO, “Yeyé” Schiro, no logró generar expectativas en el electorado, ni convencer definitivamente a su propia militancia, solo mostró voluntarismo, pero con eso en política, no alcanza.

Los cuatro meses de campaña, no fueron suficiente tiempo, para instalar y trabajar al candidato.

Como contrapartida, su candidato a vice-intendente, Agustín Faraldo, era más reconocido, en las caminatas y recorridos en cada barrio, porque estaba más instalado. La razón, es que Faraldo, ya tenía un trabajo social previo a las elecciones, y se había lanzado al ruedo político, en agosto del año pasado.

En el plano comunicacional, la campaña local, fue la más desordenada, que se recuerde de ECO.

El centro discursivo lo ocuparon el gobernador, Gustavo Valdés y “Peteco” Vischi. La estrategia comunicacional, intentó provincializar el debate, y se basó en los beneficios que obtendrían los Libreños, con un gobierno municipal radical, en sintonía con provincia.

El candidato a intendente, “Yeyé” Schiro, tuvo poca intervención en los medios de prensa, salvo la última semana, que realizó un raid mediático. En cambio la participación de Faraldo, en los medios, fue casi nula.

El diagnóstico político que realizó la dirigencia de ECO, fue que una porción mayoritaria de la ciudadanía, rechazaba la gestión municipal. Por eso el discurso de “la ciudad destruida, abandonada y triste”, que machacaban permanentemente, diríamos, tuvo algo de construcción de la posverdad.

Por otra parte, ataba las posibilidades de la fórmula de ECO, al arrastre de la boleta encabezada por Eduardo Vischi.

No solo el diagnóstico, fue incorrecto, sino que la fórmula de intendente y vice, arrastró hacia abajo, a la lista de Senadores Nacionales.

La debacle fue tal, que la lista de concejales, encabezada por Ana Miño (Vamos Corrientes), superó por 200 votos al binomio Schiro-Faraldo.

Con el objetivo de remontar, en la última semana, y con el liviano argumento, de que “la gente se divierta y pase bien”, ECO organizó un Bingo. Sí, es cierto, multitudinario, pero retrotrae a las peores prácticas, del conservadurismo, de comienzo del siglo pasado, de especulación y mercantilismo electoral, paradójicamente la Unión Cívica Radical, nació en la historia política argentina, para desterrar estas detestables prácticas, que nada tienen que ver con su ideario, ni con el propósito de la política.

La política es persuasión, es argumentación, no una Kermes, ni su fin es entretener, sino es la herramienta para transformar la realidad.

Lamentablemente, ECO “vació de contenido político su campaña”, reemplazándola por el show.

Volviendo. El domingo, “Peteco” Vischi, se quedó en Paso de los Libres, hasta última hora, albergando la esperanza de que ECO ganaría, y poder mostrar, a nivel provincial, la recuperación de su territorio. La ilusión se desmoronó.

Como en toda contienda electoral, hay ganadores y perdedores.
Claramente el perdedor, es Eduardo Vischi, que dilapida una vez más, capital político, para coronarse como el sucesor de Valdés, en el 2025.

Sin dudas, que seguirá teniendo influencias en el orden local, pese a los enojos y berrinches de la dirigencia ucerreísta. En definitiva, nadie puede endilgarle la entera responsabilidad, ya que el Comité de la UCR local, al unísono, convalidó cada decisión que tomó, sin la más mínima resistencia.

En el futuro inmediato, no se avizora, en el partido de Alem e Irigoyen, un polo opositor, que quiera disputarle verdaderamente poder. Hasta ahora, muchos referentes radicales, funcionan como comentaristas de la realidad política, más que como dirigentes, dispuestos a modificarla.

Dos dirigentes asoman, fuera del universo radical, uno es Agustín Faraldo, que a través de la negociación política, consagró dos concejales, para su espacio político. Habrá que ver sus condiciones de liderazgo, a partir de ahora, pero supo ganarse un espacio en ECO, a fuerza de imponerse y demarcar bien su territorio político.

La otra es Ana Miño, que a pesar del resultado, logró preservarse para el futuro y mantener juego propio. El tiempo dirá el lugar que ocupará.

Un claro ganador, es “Tincho” Ascúa, con mérito propio, logró su reelección, y en las turbulentas aguas de la interna peronista, a diferencia del 2017, quedó sin deber políticamente nada a nadie, solo con los que se dispusieron acompañarlo, en una elección crucial.

Es prematuro saber qué hará en el 2025, por lo pronto, será un actor importante del PJ provincial, al lograr mantener su comarca, donde se disputó “la madre de las batallas políticas”, en momentos en que el peronismo, pudo mantener muy pocos municipios en pie.

En la victoria de Ascúa, existe algo de “reivindicación de la política”. En el voto, una cuota más de confianza de la ciudadanía, para seguir adelante con la gestión, “continuidad pero con cambios” es el mandato.

Habrá que ver, que lee, el reelecto intendente, del mensaje en las urnas.

Queda claro, una cosa, la sociedad, nunca entrega un cheque en blanco, así como premia, castiga.

Por Ignacio Villanueva.






























Viernes, 19 de noviembre de 2021

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