Elecciones 2021
Detrás del telón
Como se gestó la candidatura de “Yeye” Schiro en la UCR. Las alternativas que estuvieron sobre la mesa: “Mimo” Ferrer, Néstor Lezcano y Ana Miño. Los reproches de Eduardo “Peteco” Vischi. “Dardi” Schiro, el hombre político detrás de “Yeyé”. Los desafíos del radicalismo.
Miércoles, 21 de julio de 2021
El misterio se terminó, Rodolfo “Yeyé” Schiro será el candidato a intendente de la Unión Cívica Radical, y por las avanzadas tratativas, cuenta ya con el aval de la mayoría de los partidos de la alianza Encuentro por Corrientes.
Más allá de la ambigüedad discursiva con la que se movió Eduardo Vischi, durante todo este tiempo, lo cierto es que nunca lo convenció la idea de regresar, persuadido que el camino que debía emprender para lograr la candidatura a Gobernador en el 2025, era otro, y no arriesgar su capital político en una elección comunal.
En su afán, se tropezó con un problema, gran parte de la dirigencia tradicional local de la UCR y agrego de la alianza, sigue siendo peteco-dependiente, incapaz de tener juego propio.
Siempre esperaron el dedo que señalara al candidato o candidata, y en esta última oportunidad, apelaron al “esfuerzo” que debía hacer Vischi, para recuperar el municipio.
Erróneamente, pensaron que era Hipólito Irigoyen, cuando éste se negaba ser el candidato a presidente, en las elecciones de 1916 con la instauración de la ley Saenz Peña, hasta que finalmente aceptó, inmortalizando la célebre frase “hagan de mi lo que quieran”.
Peteco Vischi, en cada oportunidad que tuvo, les reprochaba a sus correligionarios la falta de iniciativa política, “ustedes nunca trabajaron para presentar un candidato a la sociedad”, les espetaba.
En abril comenzaron los movimientos para ir definiendo el candidato a intendente de la alianza, a través de encuestas.
Fuera de Eduardo Vischi, que nadie niega a esta altura, que era el candidato más competitivo, también aparecía bien ubicado en las mediciones, la figura del ex –intendente Raúl Tarabini.
El problema que se planteaba con “El Profe”, era que proponerle ser el candidato a intendente, significaba, aceptar la equivocación de no haberlo llevado como cabeza de fórmula en el 2017. De todos modos Tarabini manifestó reiteradas veces que no pretendía regresar a la arena electoral.
Otra figura que las encuestas ponderaron, fue la concejal Ana Miño (ex - Proyecto Corrientes).
Inicialmente, la idea entusiasmó a Vischi. Miño complementaba su perfil político duramente opositor al gobierno municipal con su formación técnica. Tenía un gran inconveniente, su origen peronista, y la resistencia que iba generar en el universo radical. Se le propuso afiliarse a la UCR, pero las charlas quedaron ahí, en la nebulosa, nunca más se habló del tema.
Luego surgió la idea de los “outsaider” de la política. En ese plano aparecieron los nombres de los empresarios, Adrián Garramuño y “Yeyé” Schiro.
Cuentan que a “Yeyé” al comienzo, no le atrajo la idea, hasta que tras varias consultas, entre ellas su familia, y motorizado por Adrián Garramuño, terminó aceptando. Dato no menor, para subrayar: la relación existente entre los empresarios mencionados, con el Gobernador Gustavo Valdés.
Rodolfo “Yeyé” Schiro, contaba con dos cualidades para ser elegido. Su apellido, vinculado a una familia tradicional del Radicalismo. Además no pesaba sobre él, un pasado político que le pudieran endilgar, ya que no tuvo una militancia partidaria en la primera línea.
Una vez decidido a lanzarse, decidió mover fichas. Tuvo claro que para ser el nominado, necesitaba el aval por unanimidad y sin fisuras del partido. No quería repetir la experiencia del radicalismo en el 2017. La jugada le salió bien, logró abroquelar a la totalidad del Comité.
Detrás de “Yeyé” Schiro, un hombre político asoma, su hermano “Dardi”.
De cuna, experiencia y militancia radical, “Dardi”, conocedor de esas lides, supo irse de la orgánica de la UCR, por disidencias políticas, pero hoy vuelve para proteger las espaldas de su hermano. “Mi hermano es mi hermano”, lo escuchan decir enfáticamente.
No había dudas a esta altura, que “Peteco” había encontrado el hombre, que por otra parte, le garantizaría a él, la tranquilidad, para abocarse a su proyecto y aspiración real: la Senaduría Nacional.
En las últimas semanas, el Comité comenzó apurar la definición del candidato. El planteo era, que al menos, antes de las elecciones del 29 de agosto, el postulante debía estar para pegarse a la figura del Gobernador Gustavo Valdés.
Eduardo Vischi frente al Comité, y acompañado de “Yeyé” Schiro, volvió a reiterar su intención de ir al parlamento nacional. Ese fin de semana, Schiro no se despegó de Vischi, recorrieron juntos distintas obras del gobierno de la provincia. Las señales iban siendo claras.
Varios nombres estuvieron sobre la mesa. El concejal Edgardo Vischi propuso al Cdor. Néstor Lezcano, pero no encontró eco en sus correligionarios. Susana Espinoza, Presidenta del Comité de la UCR, intentó impulsar vanamente al Cdor. Juan Manuel Ferrer. La decisión ya estaba tomada, “Yeyé” sería el elegido.
En la formalidad, el Comité de la UCR apoyó la candidatura, evitando de esa manera cualquier tipo de resquebrajamiento, y que sea leído desde afuera como una división, no obstante quedaba claro que el poder real, lo seguía ejerciendo “Peteco” Vischi.
“Yeyé” a diferencia del resto, había mostrado una voluntad férrea de querer ser el candidato.
Varios desafíos tendrá por delante la Unión Cívica Radical. Uno de ellos es inyectar motivación a su propia tropa. En la faz electoral, pese a la potencia electoral de la boleta Nº 3, demostrada en cada elección, deberá evitar la sangría de votos, en el mes de noviembre, hacia el espacio de Agustín Faraldo (CAP), que se muestra persistente en su carrera por el sillón de Di Tomaso.
En el plano partidario, deberá recuperar verdaderamente, la democracia interna y autonomía decisoria.
Un dato comparativo pero significativo. El peronismo Libreño, hegemónico en los 90, gobernó una década (1991-2001). En ese lapso de tiempo, tuvo cuatro (4) internas (1992-1995-1996-1999) que afianzaron al partido y legitimaron los liderazgos de la época. El poder se desmoronó cuando prevaleció el dedo y se anuló la participación de los afiliados. El PJ se presentó dividido en las elecciones del año 2001 (Garavano-Lahoz). El final es conocido.
El radicalismo gobernó doce (12) años, (2005-2017). Las nuevas generaciones de militantes, no vivenciaron nunca un proceso electoral interno. La última gran elección partidaria, fue en el recordado 2001 (Vicente Picó-Darío Cabrera). Pasaron veinte (20) años desde que la UCR guardó las urnas. El resultado del 2017, todavía es muy reciente, para olvidarlo.
Los finales de ciclos, no son muy distintos entre unos y otros.
La elección local, éste año, puede ser una bisagra.
Si la UCR se impone, habrá encontrado un nuevo liderazgo en la figura de “Yeyé” Schiro.
Si sufre una nueva derrota, la dirigencia del partido de Alem , deberá madurar, despegar y hacer el duelo “político” por el líder, que ya emigró hacia otro destino, que siempre le sentó cómodo: el Congreso de la Nación. No comprender esto, desde la política, es seguir aferrándose a la ilusión.
Por Ignacio Villanueva.
Miércoles, 21 de julio de 2021