Lucha contra el Coronavirus
Día 36: La prevención por la pandemia obligó a cambios drásticos en el Hogar Adulto Mayores “Gregoria Matorras”
Son 15 los residentes, algunos de ellos fueron encontrados en situación de calle. Sus edades varían de 65 a 102 años. El equipo de salud y trabajadores del Hogar Adulto Mayores “Gregoria Matorras” maximizaron todas las medidas de seguridad sanitarias, para evitar no solamente el contagio de Coronavirus, sino también casos de dengue.
Sábado, 25 de abril de 2020
Ayer compartíamos en nuestro portal de noticias, un informe acerca de la situación actual en la Residencia Adulto Nuestra Señora de Itatí, con el propósito de conocer cuáles son las medidas preventivas tomadas ante la propagación del COVID-19.
Hoy es el turno de conocer sobre el Hogar Adulto Mayores “Gregoria Matorras”, el mismo establecimiento depende del área de Minoridad y Familia, que se encuentra en la órbita del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia.
La Dirección del Hogar está a cargo de la Trabajadora Social, Pamela Niveyro.
En el Hogar, residen actualmente 15 adultos mayores, muchos de ellos fueron encontrados en situación de calle, sin familias. Otros, por otras situaciones de la vida, se encuentran residiendo pero tienen familiares.
Los menos tienen una cobertura social, pero al ser público el Hogar, el estado provincial realiza igual la contención.
Las edades varían de 65 a 102 años, hay una abuela que cumplió 100 años hace muy poco tiempo, y también hay de 99 años.
El mayor de todos, de 102 años, es el popular “Conejo”, cuyo nombre es Lázaro Azambuya, y quien fuera homenajeado, en una caravana por el centro de la ciudad, en el 2018, cuando cumplió los 100 años.
Otra personaje que reside en el Hogar, es la “Polaca”, una mujer alta, pelo blanco y de facciones delicadas, 76 años, que se la veía hasta hace cuatro o cinco años atrás, deambulando con una bolsa por el centro de la ciudad.
Hoy el Hogar cuenta con un equipo de 18 personas, un (1) médico de cabecera, dos (2) enfermeros profesionales, cuatro (4) auxiliares de enfermería, cuatro (4) de limpieza, tres (3) cocineros, más las autoridades y administrativos.
Cada personal de la casa, como el protocolo de seguridad lo indica, utiliza barbijo, cofia y camisolín.
La medidas para manipular objetos, son estrictas, mucho alcohol en gel, como así también cuando van a tocar un adulto, deben lavarse las manos, antes y después de hacerlo.
Uno de los riesgos del sistema público de salud, y de los geriátricos en general, es que el personal de salud, trabaja en otras reparticiones o bien clínicas privadas.
Es el caso, de una parte del personal del Hogar, en virtud de ello se tomaron medidas, a fin de evitar la circulación y contagio del virus.
El personal, debe firmar una declaración jurada donde asegura que no estuvo en una zona de riesgo (entiéndase países y ciudades), como así también que no estuvo en contacto con casos sospechosos de COVID-19, en otro establecimiento de salud.
Al ingresar todos los días al Hogar, al personal se le toma la temperatura, con una pistola termómetro, siendo que la temperatura nunca puede exceder los 37º 5; de superar esa marca, no ingresa al asilo.
Igualmente quienes ingresan por situaciones excepcionales al hogar, son sometidos, al más riguroso control, tanto con la pistola termómetro, como la fumigación de ropas, zapatos y objetos que se ingresen.
Todas las actividades, se desarrollan solo con la Directora de establecimiento, nadie más, bajo normas de distanciamiento social.
Se cancelaron hasta nuevo aviso visitas de familiares, o clubes de servicios.
Para morigerar los efectos del aislamiento, los que tienen familiares, son asistidos por personal del hogar, para mantener comunicación por la modalidad videollamadas. El contacto virtual es de gran ayuda en momentos de angustia.
Si algún adulto se enferma, se lo aísla inmediatamente en una habitación acondicionada para ese fin.
Los cuidados en las habitaciones, baños y comedor son extremos.
Se fumigan las habitaciones varias veces al día, como así también los picaportes, puertas, mesas, lo mismo ocurre con los baños, higienizados constantemente con lavandina.
En cuanto al comedor, se instrumentó un sistema por el cual, cada residente tiene sus propios cubiertos perfectamente individualizados, a fin de evitar compartir los utensilios.
La lucha denodada no es solamente para prevenir el ingreso del COVID-19, también se tomaron medidas para no contraer casos de dengue.
Para ello se les coloca tres veces por día repelentes a los adultos, y se fumiga diariamente las instalaciones del asilo.
La asistencia del Hospital San José y la Secretaria de Salud de la Municipalidad son constantes.
La comunidad del Hogar Adulto Mayores “Gregoria Matorras” es pequeña, se optimizan todos los recursos, se establecieron prioridades y se redoblan los esfuerzos con el único objetivo de preservar no solamente la salud, sino la vida de los mayores.
Ignacio Villanueva
Sábado, 25 de abril de 2020